Las fontanelas se corresponden con las separaciones que los bebés tienen entre los huecos que conforman su cráneo. Su función principal es la de que la cabecera del último sea capaz de adaptarse y atravesar más fácilmente el canal del parto. Una vez se produce el principio, el papel de las fontanelas consistirá en ofrecer al bebé el espacio suficiente para que su cerebro pueda desarrollarse y crecer adecuadamente. Al que igualmente deberán proteger gracias a su capa gruesa, con la que lo envuelven. Por ello, aunque hay que tener cuidado con la fontanela, no es tan frágil como algunos padres creen.
Lo más popular es que los bebés presenten varias fontanelas en su cráneo: las situadas en la parte trasera se osifican durante los dos primeros meses de vida; mientras que las de la zona superior de la cabecera tardan más, entre 7 y 19 meses. Para comprobar de que estas están en buen estado, deberán ser firmes y crear una suave curva alrededor de en el interior cuando se pasan los dedos por su superficie. Pero si se observa poco anormal en ellas, puede ser un señal de alerta que requiera una reconocimiento médica.
¿Cuándo una fontanela puede ser una señal preocupante?
Existen dos casos concretos en los que el estado de la fontanela puede servir para identificar un posible problema de sanidad, esto sucederá principalmente si se observa que está abultada o hundida. Las causas probables y las consecuencias de esto son muy diferentes.
1
Abultada. Esto podría ser un señal de un incremento de la presión intracraneal, por lo que será necesario personarse a un médico para reducirla. Cuando un bebé se agite puede que se produzca este finalidad, sin incautación, será un problema si no remite cuando el bebé esté tranquilo y en reposo.
2
Hundida. Una causa frecuente suele ser la deshidratación, sobre todo en periodos en los que se sufre de diarreas o problemas digestivos. Sin incautación, igualmente requiere de una consulta médica.
¿Cómo ayudar al bebé para que sus fontanelas se desarrollen saludablemente?
Los padres pueden cultivar un papel activo a la hora de ayudar a sus hijos para que el crecimiento y la osificación de las fontanelas tenga empleo de la mejor forma posible. Una de las recomendaciones de los médicos es procurar al bebé una dieta rica en calcio, ya que será secreto para la formación de sus huesos. Por lo que habrá que atender estrechamente qué comestibles se le está proporcionando.
Otro consejo efectivo consiste en realizar actividades al salero emancipado, como paseos o juegos. La principal razón es que el gimnasia física ayuda de forma muy positiva al progreso de los huesos. Por otra parte, la vitamina D que se obtiene oportuno a la exposición al sol, siempre de forma responsable y por cortos periodos, resulta igualmente beneficiosa para estos.
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