Los forenses del "crimen de la cabeza" confirman que el cráneo fue sometido a una fuente de calor

Carmen Merino, la mujer acusada de asesinar a su pareja, decapitar el fiambre y entregar posteriormente el cráneo a una amiga para que lo guardara, ha seguido cabizbaja la sesión del inteligencia de hoy, en la que han notorio los forenses que realizaron la necropsia a esa cabecera.

Y es que lo que ha tenido que escuchar durante esta traza la acusada, no favorece en ilimitado sus intereses. Los forenses han notorio que ese cráneo fue “extraordinariamente manipulado”.

El criterio de estos expertos coincide: Jesús Mari Baranda, la pareja de Carmen, fue víctima, según apuntan todos los indicios de una homicidio violenta. 

Es lo que se traduce de la necropsia de ese cráneo, única parte del cuerpo que ha podido examinarse, ya que el resto del fiambre no ha aparecido.







¿Crimen?


Los forenses casi nada albergan dudas de que la homicidio de Jesús Mari fue violenta. El cráneo presenta varios golpes

Y otro detalle ya barajado durante la investigación y que hoy han confirmado en sede jurídico los forenses: ese cráneo fue sometido a una fuente de calor -la pregunta ahora es si fue cocinado o quemado- con la intención, presumen estos expertos, a “retrasar la putrefacción y desprender las partes blandas”. Eso todavía habría ayudado a “acortar los olores”.

Durante esta sesión, la villa que se celebra en este inteligencia por ese supuesto crimen cometido en Castro Urdiales en 2019, los forenses han revelado que las “malas condiciones” en las que estaba la cabecera conveniente a “esa manipulación” de los restos humanos impide apuntar una causa clara de la homicidio de Jesús Mari.

El cráneo presenta lesiones en varias partes (trompa y detrás de las orejas) pero no puede determinarse si esas heridas se produjeron ayer o posteriormente de la homicidio.







¿Drogado?


En los observación se detectó diazepan, lo que que apunta a que la víctima pudo ser dormida ayer de caducar

 Pero estos peritos sí  tienen claro que posteriormente de los observación realizados se puede apuntar que esa homicidio tiene “altas sospechas de criminalidad”.

Los forenses todavía constatan que la separación de la cabecera del tronco se hizo cuando Jesús Mari estaba ya muerto. Los cortes se habrían hecho con un objeto afilado, tipo cuchillo o hachote.

Y otra sospecha confirmada en la villa sesión de este mediático inteligencia. Jesús Mari tomó diazepam ayer de caducar. No consta que el hombre ingiriera de forma habitual ese medicamento (Carmen sí lo tenía recetado) por lo que la sospecha de que pudiera ser drogado o dormido ayer de caducar sigue sobre la mesa.

Las “malas condiciones” de los tejidos no han permitido determinar, sin requisa, si en el cuerpo de la víctima había más sustancias. 

El diazepam, recordaron estos peritos, es un ansiolítico que suministrado en dosis altas puede provocar estados cercanos al coma, con sueños profundos.







La motosierra


Una forense declara que una máquina de este tipo puede atragantarse si es usada para descuartizar un fiambre

A una de las forenses se le ha preguntado si una motosierra podría atragantarse en caso de ser usada para descuartizar un fiambre. La respuesta ha sido afirmativa.

 La cuestión tiene su importancia pues en el historial del ordenador de la acusada se comprobó que en esa máquina se había buscado: “cómo desatascar una motosierra”.

 Carmen ha notorio que a ese ordenador tenían todavía comunicación su amiga- a la que entregó la caja- y el hermano de su pareja.

En inteligencia, con continuará el próximo lunes, ha entrado ahora en su etapa más técnica. Todo lo relatado esta mañana por los forenses juega en contra de los intereses de Carmen Merino, cuya organización de defensa es negarlo todo.

Vertical

María del Carmen Merino Gómez, unido a Jesús María Baranda




Otras Fuentes

Para el fiscal y la reproche particular hay pruebas e indicios suficientes para establecer que esta mujer asesinó a mediados de febrero de 2019 a su pareja.

 El móvil sería crematístico. Luego habría descuartizado el fiambre y se habría deshecho de esos restos, excepto la cabecera.

Ese cráneo, sostienen las acusaciones, lo metió en una caja y se lo dio a una amiga para que guardara ese paquete,   tras decirle que contenía juguetes sexuales y que le dada vergüenza que la Destacamento Civil los descubriera. Sabía que iban a registrar su casa tras denunciarse la desaparición de Jesús Mari.

En el registro de esa vivienda, se ha revelado todavía esta mañana, se hallaron restos de parentesco de Jesús Mari en el situación de una puerta y en un cojín, que corresponderían a una mujer que no es Carmen y que no ha podido ser identificada.

Todo se precipitó cuando la amiga de la acusada abrió cinco meses posteriormente la caja y descubrió que interiormente de la misma estaba la cabecera de Jesús Mari. 

Estaba envuelta en diferentes bolsas de plástico en las que se hallaron hasta siete huellas dactilares de Carmen Merino, que en la traza ha cliché que lo que ella puso en ese paquete que entregó a su vecina eran solo juguetes sexuales.

Una lectura sorprendente que esta mujer nunca ha hexaedro en los últimos tres primaveras que lleva presa. El fiscal pide 25 primaveras de prisión; la reproche particular, prisión permanente revisable y la defensa, la absolución. 

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