Y la montaña parió un ratón, que dice la habladuría. Se esperaba mucho del cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, pero el debate se quedó en una serie de monólogos en los que el presidente del Gobierno y el líder del principal partido de la concurso repitieron argumentos, en el que el líder del PP hizo preguntas: sobre la sedición, la malversación, la ley del sí es sí, y el director del Ejecutor no le respondió, pero reiteró sus acusaciones de equivocación de moderación de Feijóo, de sus acuerdos con Vox, se supone que por el gobierno de coalición que hay en Castilla y Arrogante, y recordando al presente líder popular que hay que renovar el Consejo Normal del Poder Legal, y su historia, desde su concurso a la ley del divorcio, aprobada en 1981.
En el nuevo cara a cara en el Senado, celebrado a posteriori de más de un mes sin que Sánchez y Feijóo tuvieran la oportunidad de luchar en el Senado, y a posteriori de que se rompieran las negociaciones para la renovación del Consejo Normal del Poder Legal, pero todavía a posteriori de que el Gobierno haya concertado con ERC la anulación del delito de sedición, y tras la polémica por los enseres de la "ley del sí es sí", tras la descuento de penas a condenados por abusos sexuales, en aplicación de la nueva ley.
Feijóo preguntó por la sedición y la ley del sí es sí y Sánchez contestó con sus pactos con Vox
Desde el inicio de la sesión se vio que lo de menos eran la pregunta de Feijóo y la respuesta del presidente del Gobierno. Sánchez fue el primero en entrar en el hemiciclo, y todos los senadores socialistas le recibieron con aplausos, puestos en pie. Pocos minutos a posteriori entró Alberto Núñez Feijóo, y se repitió la misma imagen, con más aplausos, más fuertes, e incluso algún clamor de presidente, presidente. Una clara demostración de que tanto Feijóo como Sánchez piensan ya en las elecciones, y en ingresar adeptos, y no en intentar acuerdos o al menos avecinar posiciones.
Las cuestiones ocurridas en este mes en el que Sánchez y Feijóo no han confrontado fue el objeto de la pregunta que hizo Feijóo, que en su literalidad decía si "el presidente del Gobierno va a seguir reformando el Código Penal para subvencionar a miembros de su partido". El presidente del PP sabía que debía hacer un discurso duro, pero resolver en el tono, para que quienes le piden más caña se contenten, pero sin que parezca que cede. Como dijo el propio Feijóo: "No me interesa ser implacable, sino tener una alternativa imbatible".
El presidente del PP respondía así a los medios de comunicación que hoy parecían querer marcar al líder popular lo que debía ser su cara a cara con Sánchez, y que el propio presidente del Gobierno exhibió como muestra de que Feijóo no es fugado para hacer ni para sostener lo que piensa: "¿Dónde ha dejado su moderación?, ¿En objetos perdidos?", le preguntó Sánchez, que le advirtió que "con sus insultos no dañan al Gobierno, sino que dañas a la convivencia".
Unos insultos que Sánchez ve en Feijóo, y Feijóo en Sánchez, pero que no se reconocen mutuamente. Por eso, el presidente del PP respondió a la pregunta de Sánchez con otra "¿Es que es usted el presidente más moderado que ha tenido España?". Y al ganancia de esos cruces de reproches y acusaciones, carencia más. Ningún intento de acercamiento, ni de apañarse acuerdos, sino de reiterarse en sus posiciones.
En su primera intervención, Alberto Núñez Feijóo se dedicó a describir, no lo que ha pasado en España, sino las polémicas que ha creado el Gobierno, ,desde sus discrepancias con el Tira Central Europeo por el impuesto a la banca, a las declaraciones de Pablo Iglesias "que ha vuelto a insultar a su sucesora", para centrarse en la reforma del Código Penal para abolir el delito de sedición, y su negativa a reformarlo "para que los agresores sexuales" no puedan ver rebajadas sus penas, lo que sólo puede entender "por la soberbia" del Gobierno.
Feijóo dibujó a un "gobierno en shock" que ni aunque a Sánchez le dieran todas las horas del mundo para explicarlo en un debate en el Senado, podría alegar, porque "está haciendo un daño irreparable al país para estar más tiempo en La Moncloa" y "generando un clima irrespirable en España". Por eso le pidió explicaciones por la reforma de la sedición, de la malversación y lo ocurrido con la ley del sí es sí, porque es lo que quiere "la mayoría de los españoles" y le llevó a concluir que eran "preguntas de España".
Sánchez no respondió a ninguna de esas cuestiones, sino que se limitó a poner en cuestión la preocupación del PP por los derechos de las mujeres, porque si lo estuvieran "no pactarían con quienes niegan la violencia machista", y a describir "la hoja de servicios" de la derecha en esta cuestión, tener estado en contra de las leyes del divorcio, del malogro, del desposorio de personas del mismo sexo. Por eso el presidente del Gobierno emplazó a Feijóo a que antiguamente de darle lecciones sobre la Constitución, la cumpla, porque lleva 4 primaveras incumpliéndola, con la no renovación del Consejo Normal del Poder Legal.
El presidente del PP volvió a reprochar a Sánchez, en su segunda intervención, la derogación del delito de sedición, para afirmar que "ojalá pudiéramos hacer una moción de censura", pero "la próxima vez que nos veamos, en el Congreso, será en mi debate de investidura". Y habrá moción de censura, afirmó, "pero no en el Congreso, con una cobre, sino en los miles de Ayuntamientos de España, en las elecciones de mayo, donde empezará a producirse la pesadilla más profundo que ha habido en España".
Sánchez recuerda a Feijóo que el PSOE ayudo al Gobierno del PP a aplicar el 155
El presidente del Gobierno, siquiera respondió en su segunda intervención, en la que le recordó a Feijóo lo que ha pasado en Catalunya cuando ha gobernado el PP, y lo que hizo el PSOE, "apoyar al Gobierno del PP en la aplicación del artículo 155, y ustedes no están con nosotros, porque no les interesa resolver el problema de Catalunya, sino confrontar territorios para arañar votos".
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