Un prospección arqueogénetico de los habitantes del filón mesopotámico del neolítico Çayönü Tepesi revela que la interacción cultural mediada por la inmigración fue el motor de la innovación característica del puesto. Los investigadores que han llegado a esta conclusión analizaron 13 genomas antiguos con el objetivo de objetar si el ingenio en esa región del río Tigris se debía a una sociedad particular con un origen popular, o a una sociedad diversa.
La respuesta es la segunda opción. “Entre los ríos Éufrates y Tigris, las laderas de las colinas de la Ingreso Mesopotamia fueron el hogar de los primeros cazadores-recolectores sedentarios que construyeron las primeras estructuras monumentales en Göbekli Tepe y domesticaron numerosas especies vegetales y animales locales. El espíritu renovador y el dinamismo cultural de estas sociedades durante la transición neolítica en el suroeste de Asia (del 9.800 a.C. al 6.500 a.C.) están acertadamente documentados en el registro arqueológico, pero se desconocía su historia demográfica y tradiciones biológicas correcto a la abandono de genomas”, explican los autores que acaban de imprimir el hallazgo en Science Advances.
Los investigadores tomaron restos humanos de entierros, contrastando su datación con el registro arqueológico de objetos y construcciones. Hicieron un primer prospección con 33 ADNs antiguos, revelando que en ellos había menos de un 5% de endogamia. De los 33, escogieron 14 para secuenciarlos en decano detalle, descubriendo que dos niñas enterradas juntas eran gemelas idénticas. En total, contaron con 13 genomas distintos datados entre el 8.500 a.C hasta el 7.500 a.C.
Los prospección revelaron que los ancestros de la comunidad eran una mezcla de personas originarias de poblaciones tanto del este como del oeste del creciente fértil. Todavía examinaron a 76 parejas enterradas juntas entre las que había lazos familiares de parentesco como, por ejemplo, el de una pupila pequeña de unos dos primaveras con su tía.
Esta pupila les sorprendió por dos razones. La primera, que parecía que habían intentado moldear su cráneo, poco que además vieron en otros cráneos. La segunda, que lo habían cauterizado. En otros casos posteriores de cauterización hallados en Europa, esta maña que consiste en enfadar un tejido para curarlo se acompañaba de trepanación, o agujerearlo, además. Concluyeron que se trataba de la primera muestra de modificación del cráneo y cauterización de la época, sin trepanación. “Probablemente se cauterizó esa parte para curar una infección”, razonan los autores en su trabajo.
Otra curiosidad de la pupila era su genoma, que revelaba un categoría materno del Zagros y el categoría paterno particular. La habían enterrado con su tía. Eso hizo pensar a los investigadores en los lazos de parentesco de familias biológicas extendidas, y que se acogía acertadamente a los forasteros para quedarse.
“El emplazamiento de Çayönü Tepesi, en la zona del Parada Tigris, presenta uno de los mejores ejemplos de la transición del forrajeo a la producción de alimentos en el suroeste de Asia”, explican los autores. Su comunidad “es reconocida por su impresionado dinamismo cultural, reflejado en la encargo y el cultivo de plantas, animales, una innovación continua en los estilos arquitectónicos y en la experimentación tecnológica como las técnicas de incendio de cal, la producción de artefactos de cobre y malaquita, cuentas o incrustaciones”, añaden.
La ascendencia mixta uruguayo y occidental de los genomas de Çayönü Tepesi era coherente con la posición geográfica intermedia del puesto. "Arqueológicamente, Çayönü Tepesi comparte rasgos distintivos con los asentamientos de la parte uruguayo del suroeste de Asia, y en particular de las cuencas del Tigris y del Éufrates, así como el noroeste de Zagros", explican.
Los rasgos a los que se refieren incluyen la edificio monumental, los edificios especiales, los brazaletes de mármol lisos o alados, o la tecnología de cuchillas bidireccionales, entre otras. "Especulamos que la ascendencia mixta este-oeste de Çayönü y su posible comprensión a los movimientos humanos interregionales pueden deber facilitado las amplias afinidades de civilización material y el dinamismo cultural", concluyen. Todavía instan a que se investiguen más aspectos que en sociedades posteriores no perduraron, como relegar a parejas de familiares de hasta un tercer escalón de parentesco.
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