El primer asalto en presencia de la honradez europea ha tenido unos vencedores claros, la UEFA, la FIFA y el conjunto de ligas europeas, como la española, que se oponen al tesina de Superliga continental que lideran Florentino Pérez y, de la mano, Joan Laporta. En teoría no se tráfico ni siquiera de una trofeo parcial porque hablamos de un mensaje no vinculante. En la maña ofrece mucha pistas de por donde pueden ir los tiros porque en una amplia mayoría de los casos la honradez acaba por seguir al pie de la carácter las directrices del abogado Militar del Tribunal de Honestidad de la UE. Más allá de vericuetos legales y de carácter pequeña en un mensaje amplísimo lo queda en libre es que la UEFA continúa teniendo la paila por el mango y que la revolución que anunció el presidente del Madrid a coba y platillo es hoy más difícil de sufrir a mango que ayer, al menos allá del paraguas y de las condiciones del organismo rector del fútbol europeo.
La Superliga, tal y como está concebida ahora, no queda hundida porque restan algunos meses de reconvención jurídico pero sí tocada por un revés que muchos analistas no esperaban que fuera tan elocuente. Por utilizar un símil futbolístico, se puede opinar que la UEFA va ganando por 3-0 tras el partido de ida.
La Superliga no queda hundida pero sí tocada en presencia de un mensaje definitivo
Si este mensaje se traduce en una resolución firme, el Barça o el Madrid lo tendrían muy complicado para seguir por este camino por mucho que sean dos equipos poderosos. En este apartado y, desde el primer momento, el club blaugrana siempre se ha mostrado como un amigo sin fisuras del conjunto blanco pero dando la sensación más de siervo que de socio. Es un malabar complicado de razonar, sobre todo si no se terminan de conseguir los resultados esperados. Eso sí, el Barcelona, a posteriori de la tormenta original que desató este proceso, abogó por la idea de tender puentes con la UEFA. El pulso continúa.
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