El ciclismo italiano llora la homicidio de su icono de los abriles 50. Ercole Baldini fue el mayor representante del ciclismo italiano en un momento dónde el país transalpino, tras la retirada de Coppi, no estaba precisamente destacando.
En tiempos de bicicletas de espada y maillots de hebra, “El tren de Forlì” dio el brinco a la élite del ciclismo tras proclamarse campeón desconsiderado de ciclismo en ruta individual en los Juegos de Melbourne de 1956 encima de alcanzar el récord mundial de la hora en el velódromo Vigorelli de Milán. Ese mismo año logró el campeonato mundial de ciclismo en pista.
Apodado "il treno de Forlì" por su potencia, destacó en pista y cómo rodador de grandes vueltas
Su palmarés todavía se extiende en 1958 dónde se convirtió en campeón del mundo de ciclismo en ruta en el campeonato celebrado en Francia. Ese mismo año ganó el Vuelta de Italia encima de ponerse 4 etapas con el equipo italiano Legnano, con el que se retiró en 1964.
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