Narrativas

Explican los teóricos sociales que los seres humanos necesitan comprobar que forman parte de un corro que tenga un propósito. A decano punto de incertidumbre percibida, sostienen, decano es la condición de acogerse a un colectivo que arrope. El miedo es un pertrechos poderosa que lleva a acrecentar la condición de cohesión y adhesión a un corro. La revolución tecnológica, la globalización y la proliferación de los títulos vinculados al individualismo y la competitividad han estructurado un mundo inestable y, como decía Bauman, neto. De ahí, que en los últimos abriles las propuestas que favorecían la cohesión de corro mediante un replegamiento político, cultural y crematístico hayan tomado relevancia. El procés en Catalunya, el Brexit y movimientos de almohadilla nacionalpopulista son claros exponentes. Todo este decorado se ha ido estructurando a partir de narrativas. Se entiende por novelística la descripción de un acontecimiento, auténtico o ficticio, con el fin de persuadir y entretener. Durante la pandemia las vimos de toda clase: los famosos chips de Bill Gates, la conspiración de las farmacéuticas o el auge de las pseudociencias muestran la condición de ciertos colectivos de mostrar que ven lo que nadie ve y que saben lo que nadie sabe y espolear la cohesión de corro mediante el temor y el miedo. En este contexto, la simplificación del razonamiento vuelve visceral la posición, y las sociedades están cada vez más fragmentadas. Buenos y malos. Los míos y los otros.







Fragmentación


El auge de relatos económicos basados en el miedo acaba polarizando las sociedades y favorece los populismos

En patrimonio está sucediendo poco similar. En un maravilloso tomo, Robert J. Shiller (premio Nobel en el 2013) nos alerta del peligro que supone incorporar este tipo de narrativas en patrimonio. Por ejemplo, percibir a algunos economistas sosteniendo que los impuestos son confiscatorios o que con último presión fiscal hay más crecimiento significa sustituir la evidencia empírica por las creencias y espolear una determinada novelística. En concreto, la historia nos muestra cómo el decano periodo de crecimiento de la patrimonio (1945-1973) se realizó con presiones fiscales altísimas, y queda por demostrar la novelística de que con impuestos bajos se crece más. Hay que comenzar por ser honestos. La evidencia científica no ha descubierto aún la fórmula del crecimiento, porque los factores que lo explican son tan variados que parece temerario aventurarse a un axioma como respuesta a una pregunta compleja. Ahí viene el descenso, respuestas simples a problemas complejos. Cuando las narrativas populares como la que he señalado se popularizan de forma vírico acaban influyendo en las decisiones económicas. Quizá debamos incluir las narrativas en los modelos teóricos, lo que Keynes señalaba como “animal spirits”. El contagio de las narrativas en la política económica acaba generando inestabilidad económica e institucional. El descenso de estudios de pensamiento crematístico favorece la inconsistencia de los relatos y la peligrosa proliferación de creencias populares vestidas de razonamiento verificado.

Eloi Serrano.

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