Hace unas semanas, cuando pensábamos que las tendencias de calzado para este otoño-invierno eran las botas cowboy y las botas mosqueteras, las prescriptoras de estilo confirmaron que había otro diseño que rápidamente se convertía en objeto de deseo. Chiara Ferragni o Dulceida adelantaron que volvían a estar de moda las botas UGG, el calzado tan calentito gracias a su piel de borreguito y que es tan amado como odiado.
Este año, la empresa australiana ponía a la cesión una interpretación de su maniquí fortuna: la clásica bota. Siguiendo la moda, la compañía apostaba por difundir un diseño completamente actualizado, aguado como Classic Reaccionario Mini, con una pico de la caña de 8,9 centímetros y una plataforma de 5 centímetros. Un diseño cuyo precio es de 189,95 euros y que ya está prácticamente sofocado en su tienda online.
Chiara Ferragni con las botas UGG en Milán
Un diseño que ya tiene réplicas, como la de Oysho, que ha diseñado un calzado muy parecido por su pico de la caña, a la pico del tobillo, y que está arrasando en ventas. La firma de Inditex, que hace tiempo dejó de ser una tienda de solo pijamas y ropa interior, ha incluido en su colección unos botines en color castaño tostado que tienen su interior forrado para perdurar los pies calientes en estas frías semanas de invierno. Su precio es de 29,99 euros y en la tienda online escasamente quedan tallas disponibles.
Botines de Oysho
De su tilde de invierno además destacan otros botines de pelo sintético que tienen la suela de caucho. Un diseño pensado para resistir durante el día con unos tejanos o unos leggings de propósito piel y respaldar esa comodidad para ir a la oficina o adecuadamente para trabajar en casa sin ocurrir frío. Cuestan 22,99 euros y recuerdan la estética de las UGG.
Botas peludas de Oysho
Otro maniquí, un poco más caro, es una bota forrada en serraje con el interior de pelo sintético cuya suela de estilo deportivo, de 3 centímetros, está realizada en caucho termoplástico que evita resbalar en superficies mojadas. Un versátil diseño en frito que tiene un coste de 45,99 euros.
Botas de serraje de Oysho
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