Un establecimiento nocturno de Canet demanda al Ayuntamiento por discriminación

Por primera vez desde hace 26 abriles, el característico Pub Olas de Canet de Mar, con la excepción de la pandemia de Covid, no abrirá sus puertas para celebrar la Nochevieja. Consideran que el Concejo les ha superpuesto un decreto específico y personalizado que les discrimina y les obliga a cerrar a las 1,30 de la mañana cuando el horario habitual para otros establecimientos similares en festivo es hasta las 3 de la mañana. Por todo ello, han presentado una demanda al Tribunal Contencioso Burócrata contra el Consistorio, que declara acontecer actuado frente a las quejas vecinales.

La resolución dictada por el Concejo de Canet de Mar de compendiar el horario al Pub Olas en la calle Vall, donde se ubica desde hace 40 abriles, según la denuncia presentada por los propietarios del establecimiento noctámbulo les obliga a brindar sólo dos o tres horas al día, al tener que brindar a las 22,30 horas y cerrar a la 12,30 los días laborables, lo que hace inviable la continuidad del negocio. Para ello, en su defensa, han presentado una serie de alegaciones contra la audacia de la alcaldesa, Blanca Arbell, que dirimirá el Judicatura de lo Contencioso Burócrata nº 6 de Barcelona, que ya ha admitido a trámite la demanda. “Por ahora no vale la pena ni brindar, tenemos que cerrar a la hora que la muchedumbre empieza a salir de fiesta” concluyen.

El pub Olas de Canet obligado a cerrar a las 12,30 horas

El pub Olas de Canet obligado a cerrar a las 12,30 horas




Olas

Desde la propiedad del establecimiento destacan que el mensaje presentado por el jerarca de la Policía Específico que avala el decreto de reducción de horario, contiene errores flagrantes, como detallar que la hora de pestillo había llegado a ser a las 23 horas, cuando siempre se ha cerrado a las 2,30 y a las 3,00 los festivos, a los que se suman 30 minutos más en horario de verano. Encima, entienden que la audacia de la alcaldesa no está justificada, ya que en la documentación que aporta la policía sobre las actuaciones policiales llevadas a término en el pub, se desprende que la mayoría de denuncias procedentes de llamadas telefónicas, siempre de los mismos vecinos con los que reconocen tener un conflicto, son denuncias falsas, ya que cuando llegan los policías no encuentran razón para realizar ninguna acto.

Pese a ello, sospechan que los denunciantes tienen una estrecha relación con algún político del gobierno municipal al que utilizan para intentar apurar con su negocio con decisiones arbitrarias que esperan resolver en los tribunales. Encima, no entienden cómo nada más aplican restricciones a su establecimiento cuando otros de las mismas características pueden seguir manteniendo el horario. De igual forma, hacen constar que los vecinos denunciantes provocan a los clientes, hasta el punto de tirarles huevos cuando llegan al tópico y que de sus llamadas a la policía se desprende que disponen de información privilegiada sobre los decretos antiguamente incluso que los propietarios del pub o la propia policía tópico.

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