"Mi principio me decía 'vas a salir', pero yo ya lo daba por perdido porque hay más de una persona inocente en la calabozo", señala Mirela Stoian, una ciudadana rumana de 38 abriles que lleva 20 residiendo en España. Esta vecina de Almuñécar (Mingrana) permaneció durante seis días en prisión por un error sumarial que le hizo ser confundida con otra mujer en examen y captura. Un episodio que ahora, cuatro meses luego, sigue viviendo como "una pesadilla" y por la que ha presentado una petición patrimonial.
Mirela, que trabaja de cocinera en un bar de la costa de Mingrana, ha manifestado que la situación sigue siendo para ella "una pesadilla" porque aún necesita ayuda psicológica para superarlo y todavía siente de vez en cuando "el agobio y el estrés" que sufrió aquellos días. "Dio la casualidad de que -en aquellos días- mi principio había venido de mi país a cuidarla, porque si no podría haberme quedado incluso sin la custodia de la pupila", relata tras manifestar que es poco que nunca nadie dilación que le pueda ocurrir.
Los hechos, ha relatado su abogada, Mercedes Fernández, ocurrieron a mediados del pasado mes de agosto, cuando Mirela Stoian, una ciudadana rumana de 38 abriles que lleva 20 residiendo en España, se personó en el cuartel de la Protección Civil de Almuñécar para denunciar el robo de su moto.
Pero una vez allí, quedó detenida al existir supuestamente contra ella un coche de examen, captura e ingreso en prisión por poseer aplicado un permiso penitenciario en Palma de Mallorca para fugarse, poco que ella negó desde el principio y así lo hizo aprender, "desesperada", a los agentes y a la abogada que, en una sustitución de turno de oficio, acudió a firmar la requisitoria.
Esa letrada, Mercedes Fernández, confirma que en el coche figuraban los datos personales de su clienta (número de identidad, NIF, ciudadanía, padres...), pero frente a la insistencia de la mujer, que reclamaba ayuda por lo que aseguraba ser un error, trató de hacer las averiguaciones necesarias frente a el Magistratura de lo Penal de Palma de Mallorca que lo dictó.
Fernández logró contactar con el abogado que asistió en su día a la mujer en examen y captura, que "pese a estar de recreo", corroboró los datos y constató que se trataba de un error y que la que fue su clienta no era la Mirela Stoian a la que pretendían ingresar en prisión.
Los escritos presentados "de necesidad" por entreambos abogados para tratar de detener la situación fueron desestimados, y los funcionarios de Almuñécar, explica Fernández, le trasladaron que tenían que dar cumplimiento a esa ejecutoria, por lo que Mirela ingresó en el centro penitenciario de Albolote (Mingrana), cuyo director, al que relató su situación, intervino incluso al percatarse del error e hizo gestiones -inicialmente sin éxito- frente a la calabozo y el Magistratura de Palma de Mallorca.
"La enjuiciador me pidió perdón"
Finalmente, la situación de Mirela fue atendida: "La enjuiciador de Palma me pidió perdón y lo atribuyó a un error informático", señala Fernández.
Ese error consistió en que en el encabezamiento de la sentencia (por robo) que condujo a prisión a la mujer en examen y captura, figuraban los datos de su clienta en sitio de los de la verdadera enjuiciada y encausada, que sí constaban en el cuerpo del desacierto.
"Solo había que visualizar la vídeo del madurez para comprobar que la Mirela encausada en nadie se parecía a mi clienta", lamenta la abogada, que ha presentado en su nombre una petición patrimonial previa frente a el Empleo de Honradez por la situación vivida.
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