Daniel Alves y sus redes sociales: “Empatía, respeto”

“Nossa, nossa, assim você me mata” : corría el 2012 y la canción de Michel Teló sobrevolaba el mundo. “Ai, se eu te pego, ai ai, se eu te pego”.

Todavía el fútbol del Barça sobrevolaba entonces el mundo. Los azulgrana peleaban por la Champions y la Agrupación y el tiki-taka guardiolano despertaba la estupefacción en todos lados.

Dani Alves tenía mucho que ver en todo aquello, en el tiki-taka . Era una suerte de mediocentro, de cerebro, que jugaba en el contiguo derecho.

De él se decía que era el mejor contiguo derecho del mundo, y aquel era un pensamiento global, habitual en los foros futbolísticos.

El mundo les tendía una esterilla roja a los dos, a Alves y al Michel Teló del Ai, se eu te pego, y por eso toda la parroquia había corrido a retratarse conexo a ellos en aquella perplejidad del 2012, merienda primaveras han pasado, cuando los dos, Alves y Teló, habían entrado en Sutton, en la calle Tuset de Barcelona, para habitar una zona vip y luego dejarse transigir en la pista de zapateo.

Todo eran aplausos entonces para Alves, un veinteañero apreciado por los aficionados, por los periodistas (se elogiaba su chispa y su altruismo en los titulares) y todavía por los compañeros de vestuario: Messi le definía como “mi mejor amigo” en el Barça.

Se hablaba mucho de Alves, futbolista diverso, más intelectualizado, con inquietudes culturales, cinéfilas, musicales y gastronómicas (en el 2016 abría el Fogo, restaurante de cocina brasileña, en el Eixample barcelonés, conexo a João Alcántara, su chef particular).

Y él vendía perfectamente su imagen.







Imagen pública


En su día se hablaba mucho y perfectamente de Alves, futbolista con inquietudes cinéfilas y gastronómicas

Alves colgaba una imagen en Instagram, una suerte de marca: “Empatía, alegría, respeto, coito, unión, paz, bonanza, amistad, concordia, luz. La vida sin amigos es como un mar sin olas”.

Alves se abría a sus millones de seguidores.



Combinaba el show business y el comportamiento modélico. Se separaba de Dinorah Santana, su primera esposa y principio de sus dos primeros hijos (Conquista y Daniel), y entonces la convertía en su representante.

–Se lo debo por todo lo que ella ha hecho por mí –decía Alves.

(Según Transfermarkt, la agencia Flashforward cuenta con 18 futbolistas, en su mayoría brasileños, y un valencia total de 6,18 millones de euros).

Mientras Dinorah Santana movía a su marido (tras el Barça venían el Juventus, el PSG, el São Paulo, el Barça de nuevo, ahora el Pumas que le ha roto el acuerdo), Dani Alves se comprometía con Joana Sanz (29), maniquí canaria.

Se casaron en el 2017.



Como futbolista otoñal, Alves fue recorriendo el mundo, a menudo a solas, pues Joana Sanz escasamente se movía de Barcelona. Sanz conserva aquí su modus vivendi y su tribu, y entre ellos su principio: María del Carmen Sanz, suegra de Alves, moría hace escasamente nueve días, víctima de un tumor que afectaba a su movilidad. Si el futbolista estaba en Barcelona en el momento de su detención, lo había hecho para agregar a la tribu en el desenlace.

“Mi principio ha fallecido hace una semana, escasamente he empezado a contraer que ella ya no está como para que me atormenten con la situación de mi marido. He perdido a los dos únicos pilares de mi vida”, publicaba Joana Sanz ayer mismo en Instagram. Todavía decía: “Pido un poco de empatía en vez de despabilarse tanta notificación en el dolor al margen (a los medios de comunicación)”.

Joana Sanz ha publicado un mensaje en su cuenta de stories después de la entrada en prisión de Alves.

Joana Sanz ha publicado un mensaje en su cuenta de stories posteriormente de la entrada en prisión de Alves 




Instagram

Trece primaveras posteriormente de aquel Ai ai, se eu te pego, Michel Teló ha quedado como un one hit wonder y Dani Alves, Todopoderoso en Sutton, como un preso provisional cuyo futuro pinta a plomizo y claustrofóbico, quién se lo hubiera dicho cuando vendía empatía y respeto.

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