Primavera barroca en el Museo del Prado. La gran pinacoteca española abrirá el próximo 28 de marzo la decano muestra dedicada hasta la época al gran pedagogo boloñés Guido Reni, uno de los más grandes pintores del Barroco, la alternativa en su momento a Caravaggio, según ha recordado el director del museo, Miguel Falomir, en la presentación de la programación del museo para este año. Un actor al que no se le había dedicado desde los abriles setenta una gran exposición y para el que ahora el museo Städel de Frankfurt y el Prado han unido fuerzas y a Madrid, que ya cuenta con vigésimo obras de Reni (1575-1642), llegarán piezas del Louvre, la National Gallery, el Metropolitan , la Pinacoteca Nazionale de Bolonia y la Galleria Borghese.
Una gran muestra que reunirá un centenar de obras y que lo confrontará a otros artistas de su tiempo y que se complementará desde el 25 de abril con la exposición dedicada a otro gran actor barroco, Francisco de Herrera 'el Mozo' (1627-1685). Un pintor, ha registrado Falomir, "carente hasta ahora no sólo de una exposición sino incluso de una monografía, y que es importantísimo, una rara avis en el panorama estético castellano, versátil, polifacético, que incluso se dedicó a la escultura, la obra e incluso a las escenografías teatrales".
Serán dos de las grandes propuestas del Prado en un año en el que se podrán ver las nueve obras españolas de la neoyorquina Frick Collection, una de las más exquisitas colecciones de arte privado del mundo y que pese a que sus estatutos no permiten préstamos, la renovación en curso de su edificio ahora permite que se vean en el Prado obras maestras de Goya, Murillo, El Greco y la más importante, el retrato de Felipe IV en Fraga realizado por Velázquez en 1640.
El segundo semestre verá tener lugar por las salas del museo exposiciones mucho más conceptuales, como la muestra que monta adyacente al Museu Doméstico d'Art de Catalunya, El espejo perdido. La imagen medieval del cicatero y el hebraísmo. Una exposición que abrirá el 10 de octubre comisariada por Joan Molina y que mostrará cómo el arte castellano fue decorado de la poliédrica construcción de la imagen del cicatero, desde la estigmatización a la coexistencia, pasando por las imágenes que estimulaban a la conversión o las que exaltaban la Inquisición. Una muestra que se pregunta en qué medida contribuyeron las imágenes a la violencia contra las aljamas judías o a la desconfianza con destino a los conversos.
Otra muestra conceptual será Reversos. El flanco oculto, sobre la otra cara de los cuadros, su reverso, con los mensajes, pruebas, datos y representaciones que contienen, y se podrá ver desde el 7 de noviembre. Y incluso habrá una pequeña muestra enmarcada internamente del 50 aniversario de la homicidio de Picasso, Picasso-Greco, comisariada por Carmen Giménez y que se centra en hasta qué punto la principio del cubismo está en las lecciones aprendidas por Picasso en el Greco, muchas de ellas en El Prado.
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