La inflación puede estar por las nubes, los costes de la vivienda suben cada año más pero, aún así, las estimaciones para el crecimiento del mercado mundial de los bolsos de pompa apuntan a una tasa de crecimiento anual del 5,9%. Los principales actores del mercado del pompa como Dior, Chanel, Louis Vuitton, Gucci o Versace siguen dominando la imagen y creando ese ferviente deseo por cada uno de sus artículos.
Más allá de la firma que hay detrás del bolsa –principalmente el valencia por el que se paga un precio tan alto-, la exclusividad, artesanía y calidad de los materiales sostienen las bases del pompa. Pero a la pregunta ¿merece esa cuarto la cantidad de monises que marca la ritual?, la respuesta parece encontrarse en el interior.
Al menos eso muestra Tanner Leatherstein, un mancebo especializado en el cuidado del cuero que se dedica, adicionalmente de arrostrar sus dos marcas de marroquinería, a propagar vídeos en sus redes sociales en los que destroza (fielmente) bolsos de pompa para demostrar si en realidad se trabaja con buenos materiales y si el proceso es 100% artesanal.
¿Merece la pena?
“Worth it?” (¿merece la pena?)– se pregunta el avezado ayer de proceder a la deconstrucción de un bolsa malva de Bottega Veneta, un clutch verde de Gucci o un monedero de Chanel. Tanner quiere demostrar a su comunidad de más de trescientos mil seguidores en Instagram y medio millón en Tik Tok cómo “algunas marcas se aprovechan de la yerro de conocimiento para ofrecer productos mediocres”.
A posteriori de destruirlos y rajar los bolsos en canal, el mancebo procede a hacer una reseña en su página web sobre la calidad. “A pesar de mi desilusión original con respecto al cuero que se utilizó para el extranjero, esta billetera estaba admisiblemente construido y el cuero de su interior es valentísimo”, dijo de una cuarto de Bottega Veneta.
Curiosamente la finalidad de Tanner no es masacrar a las grandes firmas sino hacerse auto-bombo y publicitar sus propias marcas, unas que considera que ofrecen “la mejor calidad, a un precio ajustado”. Adicionalmente, se autodefine en su página web como “humanitario”, puesto que una parte de las ganancias de sus marcas se dona a organizaciones benéficas, actualmente a la ordenamiento Save the Children.
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