Si hay poco que todos sabemos es que no se puede designar a los vecinos. Cuando te mudas a un nuevo edificio todo son sonrisas y buenas primeras impresiones, pero al mango del tiempo se descubre la efectividad de cada uno y, en algunos casos, la convivencia se puede conservarse a convertir en una auténtica pesadilla. Parentela que actúa como si fuesen los únicos residentes del edificio, a los que no les importa ni la suciedad ni el ruido, y que se creen amos y señores del suburbio, con todo lo que eso conlleva.
Ahora adecuadamente, con lo que no cuentan es con la figura del vecino rencoroso. Ese vecino que no se queda de brazos cruzados y decide tomarse la honradez por su mano, haciendo entender a ese residente pesado que si son capaces de fastidiar su convivencia, ellos además. Se han pasado todo tipo de historias: desde notas pasivo-agresivas (más agresivas que pasivas), a destruir ventanales o cerraduras; todo sea por regocijarse la dulce venganza.
El protagonista. En casos de ruido, sin retención, muchos saben que el razonar no sirve para carencia, y deciden acreditar con la misma moneda: más ruido. Es lo que se le ocurrió al tiktoker @pablopintadoruiz, que tras sostener que su vecino de debajo pasase toda la oscuridad de fiesta sin importarle lo más exiguo lo suspensión que tenía la música ni el bienestar de sus vecinos de edificio, decidió vengarse de una guisa peculiar: se puso sus botas más ruidosas y se preparó para dar el concierto de bailete de su vida.
El vídeo virulento. Dicho y hecho: el heredero se plantó sus zapatos más ruidosos y decidió deleitar a su vecino con una peculiar autos. “Normalmente no me importaría, pero al día posterior tenía un examen”, explica el heredero en la red social, mientras muestra cómo se pone “las botas más ruidosas” que tiene y empieza con el espectáculo. Un show en el que hay de todo: pasos largos, cortos, zapateo tipo flamenco, taconeos, pasos de claqué… Incluida además una advertencia para su vecino: “No te vengas a quejar mañana, ¿eh?”.
En cifras. Puede que todos digamos ser buenas personas y atentos con el prójimo, pero la ocurrencia de este muchacha ya se ha convertido en virulento, con más de un millón y medio de visualizaciones y superando los 172.000 “me gusta”.
Top comentarios. Los usuarios no pudieron dejar de aplaudir su ocurrencia, con algunos lamentando que hubiese hecho tan poco ruido y otros incluso emulando al mítico personaje de Antonio Recia en La que se avecina y dando lecciones: “Antonio robusto: punta, tacón, punta, punta, punta”. El sentimiento militar, el mismo: se vengó muy suavemente para lo que muchos habrían hecho, con algunos ya preparando una fiesta con amigos ataviados con sus mejores zapatos de claqué.
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