La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 22 abriles de prisión al dibujado al que un comisión popular declaró culpable a principios de este mes de febrero de robar y asesinar a un hombre en la ciudad de Gandía en 2021. En los fundamentos jurídicos de la sentencia, el magistrado destaca la “errata de empatía y el desprecio” exhibidos por el procesado con destino a la víctima, “a la que dejó amarrada como un animal en una situación que le aseguraba una homicidio dolorosa y lenta”.
La sentencia, que puede ser recurrida en apelación delante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Razón de la Comunidad Valenciana, establece que el reo es autor de un delito de homicidio, por el que se le impone 18 abriles de prisión, y de un delito de robo con violencia, castigado con otros cuatro abriles.
Se pide que cumplida la condena el condenado sea expulsado de España y tenga prohibido regresar durante diez abriles
Por otra parte, el magistrado que presidió el motivo ha convenido que, una vez que cumplidos los 2/3 del total de la pena impuesta, el condenado sea expulsado de España y tenga prohibido regresar durante diez abriles. Asimismo, deberá indemnizar a cinco familiares del fallecido con un total de 42 euros por los daños morales.
Los hechos, de acuerdo con el veredicto emitido por el comisión popular, sucedieron el 17 de febrero de 2021 en la vivienda de la víctima, que vivía sola y mantenía una relación de amistad con el dibujado.
En un momento entregado, al final de la mañana y por causas no conocidas -según declara probado la sentencia- el dibujado golpeó al propietario de la casa en la vanguardia y otras partes del cuerpo.
A continuación, con el agredido semiinconsciente, el asaltante le ató las manos al cabezal de la cama con unas bridas de plástico, hizo lo propio con las piernas usando un cable anudado a la pata de la cama y le colocó en la boca, a modo de mordaza, una camiseta que le impedía respirar.
Toda esta violencia solo para un robo
La víctima “en la situación descrita carecía de posibilidad alguna de defensa”, según explica el magistrado, y el dibujado con su forma de realizar aceptaba que podía causarle la homicidio, “lo que finalmente sucedió, pues falleció poco luego a causa de una insuficiencia cardio-respiratoria provocada por una asfixia mecánica”.
Mientras el perjudicado se hallaba maniatado y amordazado en la cama, el ahora condenado buscó objetos de valencia por la casa y se apoderó de un teléfono móvil y de tres tarjetas bancarias. Luego bajó al cochera del edificio y se marchó del emplazamiento a costado del transporte propiedad del fallecido.
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