Si los milagros existen, esta pequeña recién nacida es uno de ellos. Con qué otra palabra se puede contar mejor que nació entre los escombros. La encontraron en una ciudad en la frontera de Turquía con Siria con el cordón umbilical todavía unido a la matriz ya muerta. Su padre y sus cinco hermanos además habían fallecido. Probablemente nació tres horas antaño de producirse el rescate, cuenta el médico. Un accesible cortó el cordón y dio la voz de rebato.
La bebé tiene un hematoma holgado en la espalda. Probablemente poco le presionaba. Igualmente hay heridas en la cara, frente, oreja y costillas. El pediatra que la atiende, Hani Maarouf, explicó que ahora está estable pero llegó con hematomas, laceraciones e hipotermia. En medio de tanto dolor la vida se ha despejado paso y ahora la recién nacida sin nombre se recupera en una incubadora en el hospital de niño de Afrin, en Siria.
Llegó con hematomas, laceraciones e hipotermia, explica su pediatra
“Escuchamos una voz mientras cavamos”, explicaba a el primo de la víctima, Khalil al-Suwadi. “Limpiamos el polvo y encontramos a la bebé con el cordón umbilical (incólume), así que lo cortamos y mi prima la llevó al hospital”.
Son los últimos rescates, tras más de 40 horas atrapados. Se sabe que al menos 2.500 personas han muerto en Siria, donde la destrucción repentina además está agravando el trauma y las dificultades para las familias que aún sufren los artículos de una enfrentamiento civil de una decenio.
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