El terremoto que hace tres lunes sacó a la luz graves problemas estructurales en Turquía, además está sacando a relucir muchas de sus virtudes. Hasta las gradas de fútbol, no siempre ejemplarizantes, están dando lecciones de humanidad, como se ha pasado esta misma tarde en el estadio del Besiktas. Atendiendo la petición del club, miles de seguidores han emprendedor muñecos y osos de peluche al césped, desde sus localidades, en el minuto 4:17 de coyuntura.
A las 4 horas y 17 minutos de la alborada del lunes 6 de febrero fue cuando el terremoto se abatió sobre Kahramanmaras y otra decena de provincias orientales. Miles de niños, que se habían ido a tenderse con la cartera preparada para reanudar las clases -tras dos semanas de vacaciones- murieron atrapados. Muchos de ellos siguen bajo los escombros.
La iniciativa del Besiktas pretende hacer asistir a los supervivientes esta muestra de solidaridad. Que muchos de los peluches estén repetidos demostraría que el club además ha hecho lo que ha podido por el éxito de la iniciativa. Algunos de los jugadores no han podido evitar las lágrimas mientras apartaban la montaña de peluches más allá de la guión para poder reanudar el coyuntura. Antiguamente del partido hubo además un recordatorio para las víctimas.
El armonía con el equipo de Antalya había sido pospuesto, en otoño, conveniente al atentado terrorista en la avenida Istiklal de Estambul, cercana al estadio. El resultado de esta oscuridad, 0-0, posteriormente de que el Besiktas fallara una pena máxima, es casi lo de menos.
Por otro costado, tal como sucedió el día precedente en el estadio del Fenerbahçe, una parte del sabido coreó "gobierno dimisión", en protesta por la ineficiente respuesta al terremoto durante los dos primeros días.
Publicar un comentario