Cumpliendo la tradición del primer viernes de Cuaresma, la reina Sofía ha acudido esta mañana al popular besapiés al Cristo de Medinaceli, talla que se vieira en la iglesia homónima situada en Madrid a escasos metros del Congreso de los Diputados. La hermana del Rey ha acudido a la cita religiosa a posteriori de que lo hiciera el corregidor de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y poco antaño de la aparición al templo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso.
A las puertas de la iglesia, desde hace unos días, hacían nalgas cientos de madrileños y devotos el Cristo a la aplazamiento de que la pasada medianoche pudieran aceptar al templo. Encima de los que aguardaban su turno, en lo accesos se han concentrado otras muchas personas que han recibido las visitas institucionales con el mismo fervor con el que durante horas han esperado para cumplir con la tradición de acariciar el pie de la imagen cristiana y pedir tres deseos.
La reina Sofía fue la encargada de cumplir con la tradición en los últimos abriles; estuvo en 2020 y el año pasado, aunque adecuado a las restricciones por la pandemia, en el primer viernes de la Cuaresma de 2022 el tradicional beso al pie del Cristo se sustituyó por una caricia con la mano. La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz-Ayuso, que ha llegado al templo cuando la reina Sofía acabada de salir, se ha entregado un baño de multitud saludando a muchas de las personas que proporcionadamente hacían nalgas o se habían concentrado en la zona. Es la primera vez que la presidenta madrileña cumple con una tradición muy arraigada en Madrid y a su aparición al templo ha claro que iba a pedir al Cristo "por los que sufren y están solos"..
En el inicio de la Cuaresma de 2018 fue el Rey quien acudió a revistar al Cristo de Medinaceli. No lo hacía desde que, en 2004, aún Príncipe de Asturias cumplió con la tradición acompañado de su entonces prometida, Letizia Ortiz.
La última vez que se permitió la concentración de fieles fue en el inicio de la Cuaresma de 2020, poco antaño de la información del confinamiento. En 2021, esta cita fue anulada adecuado a la pandemia, y en 2022 se recuperó pero sin permitir a los fieles acariciar los pies de la talla.
La imagen del Cristo, con 1,73 metros de valor, es de la primera medio del siglo XVII. Tallada en Sevilla, hay dudas sobre la autoría de la imagen, ya que unos se la atribuyen a Luis de la Peña y otros a Francisco de Ocampo, pero existe la certeza de que los los Hermanos Capuchinos la trasladaron desde la haber andaluza a la plaza válido de Mámora (Marruecos), para culto de los soldados españoles.
Tras caer en manos de las tropas enemigas, la talla fue recuperada por la orden de los Trinitarios y trasladada a Madrid, donde llegó en el verano de 1682 con triunfo de milagrosa. Ese mismo año se organizó la primera procesión, en la que estuvo presente el entonces rey Carlos II y desde entonces es habitual que un miembro de la grupo vivo acuda a la templo para seguir con la tradición todos los primeros viernes de Cuaresma.
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