Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un nuevo tipo de explosiones estelares, a las que han llamado 'micronovas'. Hasta ahora se habían estudiado explosiones como las 'novas', en las que estalla la materia de la superficie de una destino, o las 'supernovas', en las que una destino colapsa y estalla por completo.
Lo que no se imaginaban los astrónomos, y acaban de descubrir, es que la superficie de los polos de las estrellas que conviven con otra cerca incluso pueden explosionar, de forma rápida y menos intensa que las conocidas novas y supernovas, de ahí la nueva acepción: micronova. Este engendro es nuevo para la ciencia, pero podría ser muy global en el universo, según declaran sus descubridores a Nature, donde se ha publicado su hallazgo.
"El descubrimiento ha sido una sorpresa inesperada", declara a La Vanguardia Simone Scaringi, investigador del Centro de Astronomía Extragaláctica de la Universidad de Durham, y autor principal del estudio. Scaringi y su equipo se interesan, sobre todo, por la física de acreción, o acercamiento e intercambio de materia entre dos astros muy cercanos, que forman lo que en astrofísica se conoce por sistemas binarios.
Los investigadores estaban usando el Adiátere de Sonsaca de Exoplanetas (TESS), para estudiar las variaciones de brillo de estrellas enanas blancas 'acretoras', que robaban materia a su pareja en estos sistemas binarios. "Las largas observaciones nos permitieron observar la brillante y rápida micronova en batalla", explica Scaringi.
"Nos sorprendió descubrir la primera. Pasamos más de un año intentando explicar lo que habíamos pasado con los modelos que teníamos a mano. Sólo cuando descubrimos otras dos parejas de estrellas en los datos que mostraban micronovas, nos dimos cuenta de que incluso contenían una enana blanca de acreción, y empezamos a unir cabos. ¡Estábamos viendo estallidos localizados de radiación en enanas blancas!", exclama Scaringi.
Los tres sistemas binarios en los que descubrieron las micronovas se componen de una enana blanca y una destino compañera. "La compañera es una destino más regular, un poco más pequeña que nuestro Sol, compuesta principalmente de hidrógeno, que transfiere lentamente a la enana blanca. Los tres sistemas se encuentran en nuestra galaxia. La citación TV Col está a 1.680 primaveras luz. La segunda, EI UMa, 3.720 primaveras luz, y la última, ASASSN-19bh, a 4.900 primaveras luz", explica el investigador.
Scaringi y su equipo han desvelado que lo que sucede en estos sistemas binarios en los que pueden tener motivo las micronovas es que la enana blanca roba materia a su destino vecina. Esta materia, principalmente hidrógeno, se acumula en forma de disco aproximadamente de la enana blanca. "En dirección a el centro del disco, la enana blanca utiliza sus fuertes campos magnéticos para canalizar el hidrógeno alrededor de sus polos. A medida que el material cae sobre la superficie caliente de la destino, desencadena una arrebato de micronova, contenida por los campos magnéticos en uno de los polos de la enana blanca", relata el comunicado del Observatorio Europeo del Sur, ESO, cuyo gran telescopio VLT incluso se empleó para la investigación.
Scaringi describe que "las micronovas, como las novas clásicas, son el resultado de fugas termonucleares. Es sostener, de la acumulación de material en la superficie de la enana blanca hasta temperaturas y presiones lo suficientemente altas como para sonrojarse. Cuando esto ocurre, el combustible fresco se combustión, convirtiendo el hidrógeno en helio en el proceso".
Los autores citan en su artículo que las radiaciones termonucleares que causan las micronovas en enanas blancas de acreción podrían ser más comunes de lo que se podría imaginar ayer de su descubrimiento. "Se necesitan más observaciones de estallidos similares y una modelización teórica detallada para determinar qué es lo que verdaderamente desencadena estos eventos", concluyen los autores en su investigación.
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