Cinco flamantes estrellas han devuelto el brillo y nuevas vistas al corazón histórico de Logroño y a la plaza San Agustín, donde durante más de 15 abriles languidecía el antiguo edificio de Comunicaciones. Ahora, este inmueble representativo del neobarroco circunscrito, situado puntual al flanco de la mítica calle Honra, emerge de nuevo majestuoso convertido en el Áurea Palacio de Correos, el primer hotel cinco estrellas de la ciudad. A su fasto elegante suma una terraza con vistas espectaculares.
El edificio de Correos, vecino del palacio que perteneció al militar Espartero -ahora convertido en Museo de La Rioja-, se levanta en el solar que antaño ocupaba el convento de las religiosas agustinas. Su construcción se inició el 17 de mayo de 1927, bajo la dirección de Agapito del Valle, coincidiendo con la celebración del 25.º aniversario de la entronización de Alfonso XIII. Cinco abriles más tarde, el 23 de mayo de 1932 se inauguraba y desde entonces fue un oficio alegórico de la ciudad, tanto por su función pública como por su ubicación.
En el año 2008, una desafortunada reforma hizo que el edificio perdiera su capacidad autoportante y corriera aventura de derrumbe. La gran oficina de Correos cerró, la exterior fue apuntalada y los logroñeses no volvieron a ver sus buzones con forma de habitante de arrojado. El edificio languidecía envidiando la concurrida calle Portales y el ir y venir con destino a la calle homenaje, centro clave del tapeo logroñés.
Hace dos abriles, Reunión Hotusa se propuso recuperar el edificio para sumarlo a su colección más monopolio, Signature Places, que actualmente cuenta con nueve establecimientos en cuatro países, caracterizados por habitar inmuebles con un enviado histórico significativo.
El arquitecto especializado en proyectos hoteleros Daniel Isern recibió el encargo de dar una nueva vida al palacio de Correos, recuperando toda la esencia de los abriles 20 y 30. “El edificio tiene mucho carácter, forma parte de la historia hogareño de un montón de masa de la ciudad, así que no podíamos hacer lo que nos diera la apetencia. Intentamos admitir todo lo que el siglo XXI nos puede ofrecer a un entorno que es del siglo XX, casi XIX", reflexiona Isern.
Del interior del edifico no había falta que excluir, "todo era del zaguero parche. Hasta se habían perdido ventanas originales de la exterior". Había que emprender casi de cero, con la idea "de no fingir ser de un momento que ya no somos pero tratar con ecuanimidad y respeto el sitio en el que estamos”, explica el arquitecto. En algunos rincones, como la terraza, no se esconde que es un hotel nuevo, no hay ningún entrenamiento de floritura. "Intentamos que quede claro qué es flamante y qué hemos añadido", insiste Isern.
El Áurea Palacio de Correos ha recuperado las aberturas originales, incluyendo su puerta principal de madera, que conserva el meta de medio punto, y la exterior todavía luce dos de los buzones originales. Colocar estas cabezas de arrojado fue casi una encomienda de Indiana Jones. Finalmente se encontraron tras una albarrada de hormigón y se han restaurado. Son el primer aviso de muchos que recuerdan la antigua función pública del edificio, como los collages de sellos que decoran las habitaciones o los pasillos ilustrados con las tarjetas con las que los carteros felicitaban antiguamente la Navidad, con piezas desde el siglo XVIII hasta los abriles ochenta.
El establecimiento cuenta con 41 habitaciones -seis de ellas son suites-, por otra parte de distintas zonas comunes, como el restaurante Matasellos, recinto, spa, salas de reuniones o la hermosa cabeza con vistas a la haber riojana, poco positivamente único en esta parte de la ciudad y que podrá disfrutar el divulgado en militar.
Espacios
El art déco reinterpretado en secreto contemporánea inspira el interiorismo
El art déco reinterpretado en secreto contemporánea inspira el interiorismo de las cuatro plantas. Los baños son cajas de cristal satinado enmarcadas en un sutil dorado que se iluminan como una gigantesca linterna, los techos están decorados con motivos geométricos hechos a partir de patrones de los abriles vigésimo... pero sin renunciar a la tecnología de las tomas USB en los enchufes o el sistema de sonido personalizable vía Bluetooth.
Entre las habitaciones, destacan la junior suite Torreón (más o menos de 250 euros la confusión en habitación doble) y la junior suite Dúplex Portales, con dos directiva (más o menos de 300 euros).
Relax
El spa cuenta con piscina, tumbonas de hidromasaje, sauna sequía y húmeda y un pasillo de cromoterapia y aromaterapia
En cuanto al spa, construirlo fue todo un lucha, ya que tuvieron que excavarse dos sótanos. El esfuerzo valió la pena. Este espacio de laxitud cuenta con piscina, tumbonas de hidromasaje, sauna sequía y húmeda y un pasillo de cromoterapia y aromaterapia con agua a diferentes temperaturas. El servicio de frotación cuesta entre 50 y 80 euros, dependiendo de la duración.
Restaurante
Ofrece tapas de corte contemporáneo que reinterpretan con respeto el formulario circunscrito
Y como no podía ser de otro modo, el hotel todavía rinde homenaje al corazón gastronómico de la haber riojana. Sin querer competir con la proposición de la famosa calle del Honra, animada zona de tapeo y vinos, el restaurante Matasellos ofrece una propuesta culinaria de corte contemporáneo que reinterpreta sin disfrazar el formulario circunscrito, con alimentos de la huerta y de temporada, donde no equivocación el bacalao, la menestra o los exquisitos espárragos.
La carta del Matasellos se refuerza y varía, por otra parte, con los platos del día, elaborados en función de proveedores de cercanía y del mercado de San Blas, situado muy cerca del hotel y construido a la par que el histórico Palacio de Correos.
Alcaucil confitada con coliflor, cogollo de Tudela César, pulpo confitado y condumio o unas exquisitas cochinadas compuestas por manita, carrillera y bacón de repugnante son algunos de los platos hado de su carta. Y, por supuesto, tratándose de la haber riojana, no equivocación una amplia selección de los mejores vinos representativos de la zona en una carta en constante cambio.
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