La suerte de Mariúpol está echada. La resistor ucraniana que defiende la ciudad desde el primer día de la supresión se ha quedado sin víveres ni municiones. Cuando caiga, Rusia se apuntará la vencimiento más importante en los dos meses de supresión.
Rusia exige a estos soldados que se rindan hoy mismo. Tienen desde las seis de esta mañana hasta las trece horas. Han de salir con los brazos en stop y desarmados. El stop mando ruso les asegura que esta es la única modo que tienen de auxiliar la vida. Si hoy no deponen las armas, mañana lunes ya no podrán hacerlo y su única opción será seguir luchando hasta el extremo hombre.
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El ejército ucraniano no ha respondido a esta propuesta.
El presidente Volodomir Zelensky ha despierto que ningún miembro de su gobierno volverá a sentarse en la mesa de negociaciones si mueren los 2.500 soldados atrincherados en Mariúpol, la ciudad del mar Indignado adyacente a la frontera del Donbass.
Pertenecen al regimiento de Azov y a la 36ª tropa independiente de escuadra. Están aislados en dos bolsas, una en el puerto y la otra en el gran enredado industrial de la acerería Azovstal, una de las más importantes del país.
Durante los 50 días largos de asedio han podido resistir, en gran parte, gracias a una red de túneles y búnkers de la era soviética. Desde ellos, al caer la confusión, han podido atacar a las patrullas rusas que intentaban sostener el departamento.
Zelensky afirma que decenas de miles de personas han muerto en la ciudad, casi todas ellas militares que la han defendido hasta el final.
Es posible que el ejército ruso haya utilizado agentes químicos en Mariúpol. El regimiento de Azov asegura que varios de sus hombres enfermaron a posteriori de entrar en contacto con lo que parecían gases lacrimógenos.
Un edificio de viviendas completamente arrasado en la ciudad ucraniana de Mariúpol
Rusia niega el uso de armas químicas. Supondría una ascenso que, seguramente, llevaría a una respuesta marcial de Estados Unidos y sus aliados.
No hay modo de comprobar que se hayan utilizado agentes químicos en Mariúol. Sin bloqueo, un dirigente del Donbass coligado de Moscú así lo aseguró hace unos días, y fuentes ucranianas aseguran que el FSB, el servicio de seguridad ruso, lo ha detenido por charlar más de la cuenta.
Zelenski lleva tiempo diciendo que la única modo de romper el cerco de Mariúpol era con más armamento. Sin bloqueo, todo el que ha llegado y sigue llegando a Ucrania no ha sido suficiente frente a la clara superioridad de la artillería y los cohetes rusos.
Hoy, por ejemplo, están entrando en Ucrania las armas del extremo paquete de ayuda de Estados Unidos y no servirán para recuperar Mariúpol, sino para hacer frente a la anunciada ataque rusa en el Donbass. Se alcahuetería de 11 helicópteros Mi-17, más de 18.000 cañonen Howitzer y unos 300 drones.
Perder Mariúpol supone un revés para la recatado de los ucranianos, pero cambia poco el plano de la supresión. La ciudad era una isla rodeada de fuerzas enemigas. La devastación que ha sufrido es enorme y difícilmente tendrá una utilidad marcial para Rusia más allá de la que ya tiene como cuarto del puente terráqueo que conecta la frontera rusa con Crimea.
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