Está demostrado que trabajar en turnos rotativos puede ocasionar una alboroto del ritmo circadiano, trastornos del sueño, hipertensión, dolores de persona, problemas alimentarios y cognitivos, enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, molestia crónica, ansiedad y depresión.
Los diferentes patrones de turnos solo sirven para crear grandes beneficios a las multinacionales a cambio de la destrucción de la salubridad de cientos de miles de trabajadores.
La ministra de Trabajo, conexo con los sindicatos UGT, CC.OO. y CGT, debería proponer a corto plazo la suspensión de este sistema. Los turnos son el amianto del siglo XXI y deben prohibirse cuanto ayer.
Andrés J. Atezado
Vila-seca
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