La CEOE recomienda un aumento salarial del 8% escalonado en tres años

A posteriori de que la semana pasada semana pasada se consumara el fracaso de las negociaciones del pacto salarial entre patronal y sindicatos, este martes la CEOE preparó los pasos que seguir en un círculo que, sin este acuerdo, se presenta muy accidentado. El comité ejecutor de la patronal emitió sus recomendaciones a las empresas. El punto esencial es rehusar que se vincule la subida salarial a la inflación, y en cambio, plantea que se relacione con la productividad que tenga cada sector y cada empresa. Tal como adelantó La Vanguardia, el lunes los secretarios generales de la patronal ya prepararon el dechado de recomendación en el que se insistía en la moderación salarial y en dejar manos libres a cada sector para que, en función de su situación, modulara los aumentos.

Lo que se recomienda es que es imprescindible considerar las circunstancias específicas de cada ámbito de negociación, sea la empresa o el sector, teniendo en cuenta la productividad y el empleo, de forma que el resultado no perjudique la capacidad competitiva de la empresa.

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Garamendi ve “prudente” un aumento del 3,5% este año, sin cláusula de revisión

En la reunión de este martes, el planteamiento original del presidente Antonio Garamendi fue el de proyectar una horquilla de subida salarial este año con un margen mayor del 3,5%, o incluso de fijar esta guarismo concreta como recomendación, pero finalmente se prefirió no precisar ningún porcentaje. Varias intervenciones, especialmente del sector de la hostelería, se opusieron a mencionar cifras y así quedó en la recomendación oficial.

Sin bloqueo, lo que subyace en la recomendación es un aumento del 3,5% este año. Fuera de la reunión, en declaraciones a los medios, Garamendi dio pistas cuando afirmó que un aumento del 3,5% este año sería “prudente”, para añadir a continuación que lo que no sería cero prudente es “inflacionar los salarios”.

Es una forma de recuperar la última propuesta que planteó la patronal en la mesa de negociaciones, que suponía un aumento del 3,5% este año, del 2,5% en el 2023 y 2% en el 2024. En total, un 8% en tres abriles que son una cifras no muy lejanas a las que proponían los sindicatos, pero con una gran diferencia, eran cifras cerradas, no sometidas a revisión en función del aumento de la inflación como era la reivindicación de CC.OO. y UGT. Son las famosas cláusulas de revisión salarial, indispensables para los sindicatos pero intolerables para la patronal.

Cifras

Los empresarios mantienen su desafío por un aumento del 8% en tres abriles planteada en las negociaciones

Estas cláusulas y la inflación disparada son los factores que han conducido al fracaso de esta renovación del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que debía dar la relato para negociar los convenios. Habrá que desafiar sin esa relato y con movilizaciones sindicales aseguradas.

La argumento de la patronal es que una subida significativa de los salarios supondría un aumento de los costes laborales que podría crear una barrera para la entrada en el mercado gremial de personas sin empleo, que reduciría el beneficio para introducir criterios de retribución variable y que fomentaría la hélice inflacionista.

En sus recomendaciones, la CEOE especifica que no deben vincularse las subidas salariales a la inflación por ser un concepto muy “volátil”, y por otra parte, porque retroalimenta el crecimiento de los precios. Por otra parte, se añade que en caso de que finalmente se acceda a esta vinculación, se establezcan límites o topes, y que, en cualquier caso, no se acepte la retroactividad en las actualizaciones salariales, transmitido que en estos casos, es inalcanzable repercutir sus mercadería en el coste de los productos.

La preferencia de la CEOE sería relacionar los aumentos salariales no a la inflación, sino a otras variables, como la productividad, el empleo, el comportamiento del PIB, la competitividad o los resultados de la empresa.

Por otro banda, la patronal no se olvida de rememorar a sus afiliados que, en una coyuntura adversa como la presente, tienen la posibilidad de utilizar la cláusula de descuelgue, es proponer, la opción de no aplicar las condiciones de trabajo pactado en los convenios cuando concurran causas económicas, técnicas u organizativas, posteriormente de aceptar a lado un período de consultas.

Precios

La patronal rechaza vincular los aumentos salariales con la inflación, porque es un concepto muy “volátil”

De esta forma y como se temía, la inflación se ha erigido en un obstáculo insalvable para ganar este pacto salarial que hubiera transmitido una relato para la negociación de los convenios y habría asegurado un círculo de negociación mucho más tranquilo. Desde la patronal no descartan que, en el momento en que la inflación baje a niveles más reducidos, se puedan retomar las negociaciones, pero esto no es previsible que ocurra hasta el próximo año.

De esta forma, manido el posicionamiento de la patronal y la respuesta inmediata de los sindicatos (véase información en esta misma página), se entra en zona de conflictividad gremial. No hay entorno de relato, y los sindicatos exigen recuperar el poder adquisitivo perdido.

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