Los taxistas catalanes tienen previsto colapsar esta mañana el centro de Barcelona. Los convocantes, las principales asociaciones del sector de toda Catalunya, auguran una protesta histórica. Encima, los profesionales realizarán un paro total de cuatro horas, de diez de la mañana a dos de la tarde, en toda Catalunya.
En Barcelona, una marcha lenta arrancará a las nueve de la mañana. Cortará la Gran Via, a la prestigio de Balmes, para que los taxis puedan concentrarse hasta impresionar a la plaza Espanya. La marcha estará encabezada por un espectacular transporte rojo equipado con potentes altavoces y luces de colores que ya se conoce entre los taxistas como la Taxineta o la Titoneta, en narración a Alberto Álvarez, apelativo Tito, el líder y fundador de Élite Taxi, la principal asociación de taxistas del radio metropolitana de Barcelona y uno de los instigadores de la protesta. Luego los taxistas conducirán muy despacio por las calles Tarragona y Numància, hasta impresionar a la Diagonal. Su objetivo es impresionar luego, antaño de las dos de la tarde, a las mismas puertas del Parlament, en el parque de la Ciutadella, donde tienen previsto reunirse con todas las fuerzas políticas.
El sector presiona al Govern para acorazar definitivamente la proporción de un VTC por 30 taxis
El de hoy no es más que un nuevo capítulo de la supresión de los taxistas contra los coches de arrendamiento con conductor (VTC). Hace ya cuatro primaveras miles de taxistas, familiares y amigos secuestraron la Gran Via durante días frente a la estupefacción de la ciudadanía. El alto el fuego llegó con forma de moratoria, el decreto Ábalos, que expira el 1 de octubre. Al día posterior los VTC no podrán realizar servicios urbanos a no ser que las comunidades autónomas lo autoricen. De hecho, los taxistas pretenden presionar a la Generalitat para que elabore un decreto ley que blinde la proporción de un VTC por cada 30 taxis, ratio amparada por una sentencia del Tribunal Supremo, porque sospechan que el Govern tiene otros planes y que coquetea con el maniquí marcadamente independiente impuesto en la Comunidad de Madrid.
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