La lucha de una científica española por probar la inocencia de una presa que lleva 19 años en la cárcel

Kathleen Folbigg es una mujer australiana que lleva 19 primaveras entre rejas en cárceles de máxima seguridad acusada de sobrevenir matado a sus cuatro hijos. En Australia está considerada como la carnación del diablo, aunque ella siempre ha defendido su inocencia. En 2018, su caso llegó a las manos de la inmunóloga española Carola García de Vinuesa, que ha pasado los últimos 20 primaveras de su vida trabajando en Australia. Está convencida de que los hijos de Folbigg murieron por causas naturales. Los dos últimos, dos niñas, por una mutación genética que descubrió su equipo. Lleva primaveras intentado liberar a Folbigg de la prisión presentando pruebas genéticas que la exculpan. Hasta el momento, sin suerte.

El primer chico que llegó al mundo fue Caleb. Corría el año 1989. El pequeño nació con laringomalacia (bocado de Adán flácida) que le dificultaba respirar y tragar simultáneamente. Sólo logró sobrevivir 19 días. Falleció a causa del síndrome de homicidio súbita del mamón. 

De 1989 al 1999 murieron sus cuatro hijos

Dos primaveras más tarde (1991) nacería Patrick, que falleció a los ocho meses durante un ataque epiléctico. Con sólo cuatro meses de vida, sufrió una epilepsia severa y ceguera. “Los patólogos forenses ya dijeron que estas dos muertes fueron naturales porque los niños estaban enfermos”, explica Vinuesa a La Vanguardia.

A pesar del impacto que supuso la pérdida de los dos pequeños, Kathleen y su marido no perdieron la esperanza y siguieron intentando convertirse en padres. En 1992, nacería Sarah. Sin bloqueo, fallecería diez meses posteriormente. Y siete primaveras más tarde (1999) llegaría al mundo Laura. De los cuatro, fue la que logró sobrevivir más tiempo, 18 meses. 

Carola García de VinuesaInvestigadora

Vinuesa explica que tres días ayer de fallecer, a Sarah, el tercer bebé, le administraron antibióticos por una infección respiratoria. Y que la última, Laura, había tenido fiebre ayer de fallir. En la necroscopía le detectaron una infección del corazón: miocarditis.

A su seso, los problemas para Folbigg empezaron cuando el patólogo forense, en el certificado de homicidio, no especificó la miocarditis como la causa del fallecimiento. “Le alertaron de que había habido tres muertes previas en la grupo y especificó ‘causa indeterminada’. Eso fue el desencadenante del proceso policial”.

Las dos últimas bebés

Los científicos ahora saben que Sarah y Laura heredaron una mutación genética en la proteína calmodulina

Los científicos ahora saben que Sarah y Laura heredaron una mutación genética en la proteína calmodulina, en el gen CALM2, que causa homicidio súbita en niños pequeños por parada cardiaca. “La fiebre, una infección, incluso la misma miocarditis, pueden ser desencadenantes de homicidio súbita en pacientes con arritmias cardiacas genéticas”, explica Vinuesa.

A Folbigg no solo la condenó el referencia forense sobre la homicidio de Laura, incluso la teoría que esgrimió en su día el pediatra britano Roy Meadow, que Vinuesa tilda de “totalmente falsa”: “Una homicidio súbita es una tragedia; dos resulta sospechoso, y tres es crimen”.

La genetista, Carola García de Vinuesa

Vinuesa cree en la inocencia de Folbigg 

Universidad Doméstico Australiana

A ello se sumó lo que su marido halló en sus diarios personales, frases que podían parecer incriminatorias. De ahí que los llevara a la policía. Kathleen escribió sobre Sarah (la tercera bebé) aseveraciones del estilo: “Ella es una bebé proporcionado bondadosa, gracias a Jehová, que la salvará del destino de sus hermanos. Creo que fue advertida”. Asimismo llegó a escribir: “Con Sarah todo lo que quería era que se callara. Y un día lo hizo”.

Vinuesa subraya que los diarios no se presentaron en su totalidad en el seso, “solo algunas frases sacadas de contexto”. “En el proceso permitido en el que yo participé en 2019, el enjuiciador no quiso que ningún experimentado le dijera cuál era la interpretación de los diarios”, recuerda. 

Carola García de VinuesaInvestigadora

Cuenta que posteriormente de ese proceso, los abogados de Folbigg pidieron a siete de los mejores expertos del mundo en psicología, psiquiatría forense y filología que analizaran los diarios, y los siete concluyeron que no había nulo incriminatorio. “Simplemente reflejan los pensamientos de una principio que va perdiendo a sus hijos y que está estresada y deprimida, muchas veces sintiéndose responsable”.

Esgrime que Folbigg “no podía entender lo que estaba sucediendo” y que por eso pensaba que “Jehová se los estaba llevando”. “Ella siempre invoca algún poder sobrenatural, es muy espiritual. Así lo entendía, como poco que no podía explicar”.

Carola García de VinuesaInvestigadora

“Si las que somos madres hubiéramos escrito lo que sentíamos en un diario…”, añade. No entiende que “esa pueda ser la prueba de que ella los mató, es increíble”. Sobre todo, teniendo en cuenta que “eran niños enfermos". “Ella les llevaba al médico, y cuando estuvieron en el hospital no se separaba de su costado”.

En este sentido, recuerda que uno de los psiquiatras que analizó con más profundidad a Folbigg y que emitió un referencia argumentando que no había nulo incriminatorio en sus diarios, dijo en el escrito, y incluso en un software de televisión, que lo único que podía concluir posteriormente de haberlos ilustrado era que fue una muy buena principio.

Uno de los psiquiatras que más profundamente analizó a Folbigg concluyó que era muy buena principio

Las pruebas genéticas que presentó Vinuesa en presencia de el enjuiciador no sirvieron para nulo. Expone que había un equipo de genetistas y cardiólogos, que representaban al Gobierno de Nueva Gales del Sur, que tenían una interpretación contraria a los datos publicados en el Registro Internacional de Calmodulinopatías (ICalmR) y a la opinión de los expertos mundiales. 

Por ello, contactó con cardiólogos de talla mundial que fueran expertos en mutaciones en calmodulina. “En este campo, el profesor Peter Schwartz es el número 1”. Schwartz dirigió y estableció el ICalmR. “Cuando me dijo que pensaba que esta mutación era probablemente la causa de la enfermedad de las dos niñas, le escribí una carta al enjuiciador para que tuviera en cuenta su opinión. Incluso él mismo escribió una segunda carta, pero no las tuvieron en cuenta”.

Folbigg, en una de comparecencias judiciales

Folbigg, en una de comparecencias judiciales 

Youtube

Posteriormente de eso, pensó que lo posterior que podía intentar para liberar a Folbigg era demostrar en el laboratorio, con pruebas definitivas, que la mutación es patogénica, que puede causar arritmia cardiaca. 

Contactó con uno de los principales expertos mundiales en hacer estos experimentos de laboratorio, el profesor Michael Toft Overgaard, de Dinamarca, quien contando incluso con toda la evidencia epidemiológica del equipo de Schwartz y colaboradores en cuatro países, “demostró, con metodologías validadas, que esa mutación era tan severa como otras que habían causado muertes en niños pequeños y mientras dormían”.

Una petición firmada por 90 científicos, entre ellos, dos premios Nobel

Con las conclusiones de este estudio, que fue publicado en Europace, una prestigiosa revista internacional, Vinuesa se presentó en la institución de ciencia australiana para que emitiera una opinión. Lo respaldaron. “Como ya se habían fatigado las vías penales, los abogados pensaron que con una petición de científicos se podía pedir el perdón en colchoneta a los hallazgos científicos. La firmaron hasta 90 científicos y médicos, incluidos dos premios Nobel”.

“Entre los firmantes estaban los cardiólogos más prestigiosos del mundo. No sólo el profesor Peter Schwartz, sino incluso el profesor Reza Razavi, del King's College de Londres”, recuerda.

Sin resolver, todavía

La Verdadero Sociedad científica del estado de Nueva Gales del Sur emitiría una segunda petición, “firmada por 60 investigadores de gran prestigio”, basada en los mismos hallazgos científicos. 

El pasado 14 de abril, el fiscal genérico del estado de Nueva Gales del Sur tenía que sobrevenir emitido una resolución sobre la petición de perdón. Sin bloqueo, el voto “se ha retrasado una vez más”. Y de momento, no hay una nueva plazo. 

Carola García de VinuesaInvestigadora

“Hay elecciones generales en Australia el 21 de mayo, y quizás por eso, emitir una resolución de este tipo puede ser delicado en este momento. No obstante, hay tanta presión por parte de la comunidad científica, que no me extrañaría que la resolución saliera en breve”.

Aunque pueda resultar extraño, los 19 primaveras de prisión no han hundido a Folbigg. Vinuesa ha hablado varias veces con ella. La última, ayer de que abandonara Australia, en junio del año pasado (ahora trabaja en el instituto Francis Crick de Londres). 

Más allá de la petición de perdón

Vacante, en 2028

“Sorprendentemente, encontré a una mujer muy positiva y generosa. Dice que ya ha perdido su vida, pero que le gustaría que su caso ayudara a otras mujeres. Y no protector rencor. Lo podría eludir contra su exmarido, pero le perdona”.

Pase lo que pase con esta petición de perdón, en seis primaveras (2028) Folbigg saldrá de prisión. Ha cumplido 19 primaveras de los 25 (más otros cinco con confianza condicional) a los que fue condenada.   

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente