El bullicio que hacía prácticamente difícil avanzar en algunos de los pasillos del Integrated Systems Europe (ISE) a media mañana del miércoles fue la señal definitiva para los organizadores. La primera estampación en Barcelona del decano salón audiovisual para profesionales ha sido el éxito que esperaban. Es más, ha superado las expectativas del cambio tras 16 primaveras en Ámsterdam y dos en barbecho por la pandemia.
Los más de 43.000 congresistas de 151 países que se han reunido en los cinco pabellones del perímetro Gran Via de Fira de Barcelona entre el martes y el viernes han sido actores involuntarios del punto de inflexión definitivo para el turismo de negocios. Las mascarillas FFP2 en todo momento y el pasaporte covid obligatorio que aún marcaron el pasado Mobile ya son historia. Como incluso lo es la imagen de los salones el 2021, con todo un pabellón atiborrado de asistentes principalmente locales frente al personal con batín blanca haciendo tests de antígenos cada 72 horas.
El futuro, que ya se ha hecho presente en el ISE, es asaz parecido al 2019, aunque con un nuevo evento en la ciudad que está llamado a hacerse cada año más vasto y multiplicar su impacto crematístico, así como a dejar un comisionado ayudando a crecer al sector audiovisual particular.
Los organizadores han quedado satisfechos con el cambio de ubicación y lo califican de “inauguración triunfal”
“Mientras todos nos recuperamos del impacto que ha supuesto la pandemia, es maravilloso estar aquí, en Barcelona, en lo que hemos sentido como un ISE ‘habitual’ en su nuevo hogar”, celebró Mike Blackman, director genérico del salón al cerrar las puertas este viernes por la tarde, en lo que no ha dudado en etiquetar como un “inauguración triunfal por todo lo stop”.
Las pantallas de incorporación definición y las soluciones de sonido han captado la atención de los asistentes, pero la mayoría de ellos lo que en realidad querían era retornar a encontrarse cara a cara con compañeros a los que no veían desde hacía demasiado tiempo. Quizás ese buen circunstancia ha propiciado los contactos comerciales fructíferos que destacan los asistentes y expositores consultados, tanto catalanes que se estrenaban por primera vez como internacionales que nunca fallan a la cita. A los únicos que se echó de menos fue a los asiáticos, especialmente a los chinos, aún con restricciones para entrar y salir de su país.
El comba de reservas para la estampación de febrero del año que viene ya apunta que será más vasto
El funcionamiento impoluto del congreso sienta las bases de una relación que tiene pacto firmado hasta el 2024 pero que ya se da por hecho que será mucho más larga. El director genérico de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga, se muestra convencido de que “tanto el perímetro de la Gran Via como la ciudad impulsarán su crecimiento en primaveras futuros”. La intención es ir creciendo cada año hasta el 2026, cuando ya se tocaría techo respecto a los 48.000 m2ocupados en esta primera estampación postpandémica. Los niveles de reservas antiguamente de finalizar el evento ya apuntaban que la número del 2023 será superior.
“Fira refuerza su posicionamiento como sede de acontecimientos tecnológicos líderes que no solo dejan un importante comisionado crematístico y social, sino que contribuyen al progreso y entretenimiento de empresas y negocio", celebra Serrallonga. Entre los responsables de la institución ferial hay satisfacción por el funcionamiento del nuevo congreso y por tener podido ver, por fin, en batalla uno de los fichajes más sonados del sector, que vuelve a estar inmerso en una actividad constante tras dos primaveras muy duros.
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