Manuel Valls: “La estrategia estaba clarísima, no hay ninguna fraternidad secreta”

Como candidato a la Asamblea Franquista por los franceses que viven en España, Portugal, Andorra y Mónaco, Manuel Valls evita comentar la política española, pero replica por teléfono a las preguntas de La Vanguardia para salir al paso de la polémica sobre el supuesto espionaje durante las negociaciones que en el 2019 llevaron a Ada Colau a repetir como alcaldesa, en las que el ex primer ministro francés fue un actor principal.

Voto contra Maragall

“No quería un corregidor independentista; actúo independientemente, nadie me dice qué he de hacer”

Ernest Maragall ha hablado de “elecciones intervenidas” y afirma que a usted le hicieron el “encargo” de impedir un Comunidad independentista.

Aquí no hay ni operación de Estado ni privación de espiar a nadie. La misma indeterminación de las elecciones dije en mi discurso que había muchas posibilidades. El error fue de soberbia de Maragall al dar por descontado que sería corregidor. Necesitaba un acuerdo con los comunes y que no hubiera alternativa. Pero mi voto cambia la historia.

¿Recibió instrucciones para ofrecer su apoyo a Colau?

Aunque no tuve los resultados esperados, la tradición francesa es escoger el mal pequeño. Fue como una segunda envés. Hablé con Miquel Iceta, entonces líder del PSC, y Jaume Collboni.

¿Y con Colau?

No. No negocié con ella. Aún vive con el pecado llamativo de ese voto. La táctica estaba clarísima. Colau el día de las elecciones no lo ve, lo ve inasequible. Pero mi explicación y la postura de los socialistas hacen posible su reelección. Entonces, atravesó la plaza Sant Jaume y la multitud le gritó puta, traidora... Fue impactante. Eso daba la dimensión de lo que estaba pasando. Eso fue transparencia absoluta.

¿Siquiera habló con nadie del Gobierno castellano?

Nones. Yo quiero impedir un corregidor independentista y nadie me dice lo que tengo que hacer. Tengo muchos defectos, pero actúo independientemente, solo. Y no tenía ninguna vinculación con el Gobierno, hasta le puedo opinar que con Pedro Sánchez no tenía relación, cuando sí que la había tenido cuando yo era primer ministro y él, el líder del PSOE.

Pero tardó tres días en ofrecer aquellos tres votos, ¿no recibió presiones de ningún tipo?

No puse ninguna condición, solo quería impedir que el Comunidad fuera, como había dicho Maragall, una utensilio del independentismo. No hay ninguna fraternidad secreta.

Aquella valentía provocó la fractura interna de su liga y la ruptura con Ciudadanos...

La controversia fue más con la dirección de Albert Rivera, que le dio todo al PP. Les dije: yo voy a hacer un Valls. No pido carencia. Entiendo que es muy difícil elegir a distinción de Colau si criticas su política municipal, pero en las andaluzas yo ya había dicho que el cordón váter valía para el independentismo pero asimismo para Vox. Esto es política y no necesita ninguna operación de Estado ni ninguna trampa. Las cosas fueron clarísimas: Colau quería continuar y no quería obedecer del independentismo.

Usted fue ministro del Interior, ¿ve plausible que las negociaciones entre Maragall y Colau fueran espiadas por el CNI?

No. Cualquier servicio de inteligencia actúa cuando hay un peligro para la integridad de un Estado, frente al terrorismo, el crimen organizado... Aquellas negociaciones salían al minuto en la prensa. No había ningún tipo de secreto.

¿Por qué cree que Maragall ha acentuado entonces a Colau de connivencia con el CNI?

Por el victimismo. Es su forma de interpretar. El que no es independentista es adefesio, es un agente del Estado… Las pocas reuniones que había entre Maragall y Colau no iban correctamente. Lo decía la propia Colau. Eso lo dicen para provocar una polémica y respaldar las teorías de la conspiración.

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