El BCE subirá los tipos hasta el 0,25% en julio y anticipa más alzas tras el verano

La primera encarecimiento de tipos de interés del Tira Central Europeo (BCE) en merienda abriles será el próximo 21 de julio y situará el precio del monises en el 0,25%. En septiembre se producirá la segunda, que podría ser de 50 puntos, hasta el 0,75%. Y luego, según cómo evolucione la implacable inflación –que cerró mayo en el 8,1%–, llegarán nuevas subidas hasta estabilizar el objetivo de que se asiente en el entorno del 2%, como marca el mandato del BCE.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, optó ayer por ser clara y persuasivo. Sin conmover al nivel de Mario Draghi, su predecesor, sus mensajes proporcionaron certidumbre y una hoja de ruta definida que permite concluir que el BCE va por fin en serio. Con un tono 100% hawkish –intransigente, como se conoce a los guardianes de la conformidad monetaria–, Lagarde y el consejo de gobierno reunido en Ámsterdam contentaron esta vez a sus tradicionales críticos del centro y septentrión de Europa. Las decisiones se adoptaron por unanimidad, pero el HSBC tituló así una nota a sus clientes: “Los halcones toman el control”. El Bundesbank respira.

El motor del cambio es el desbarajuste presente de los precios, desbocados tras la pandemia, la acometida rusa en Ucrania y la crisis energética. La bucle alcista no se frena y el BCE desveló ayer que prevé una inflación anual del 6,8% en el 2022, del 3,5% en el 2023 y del 2,1% en el 2024. “La elevada inflación es el principal desafío para todos nosotros”, dijo Lagarde, para aprobar a posteriori que “seguirá indeseablemente elevada durante algún tiempo”.

El asiento culmina ya el software de operación de bonos y encarecerá el precio del monises por primera vez en 11 abriles

De ahí los anuncios de subidas de tipos concretas y fuertes. El mercado no esperaba tanta determinación del BCE y la rentabilidad de la deuda de los países de la eurozona se disparó amoldonado a posteriori del anuncio de sus decisiones. El bono de Italia a diez abriles pasó de rendir el 3,4% al 3,7%, mientras el gachupin y el portugués, emparejados, pasaban del 2,4% al 2,6%. En contraste con la periferia, la rentabilidad de los bonos alemanes al punto que se alteró un poco para alcanzar el 1,4%. En suma, las primas de aventura, especialmente las de los países periféricos, se tensionan al encarecimiento. Sin brusquedades, pero sin pausa.

Lagarde lanzó su particular whatever it takes –lo que sea necesario, la frase con la que Draghi cortó la crisis de la deuda en el 2012–, pero no resultó muy verosímil. “Tenemos que asegurarnos de que la política monetaria se transmite a toda la eurozona y que no hay fragmentación”, arrancó la banquera. “Como ya hemos demostrado, desplegaremos otros instrumentos existentes o aquellos que sean necesarios para evitar que la fragmentación impida la adecuada transmisión de la política monetaria”, añadió. El mercado echó en desliz más concreción y por eso se produjo la liquidación masiva de bonos y el auge ya descrito en la rentabilidad de la deuda soberana.

Las bolsas acusaron el conmoción, con el Ibex cediendo un 1,5%, poco menos que el Eurostoxx (-1,7%) y la bolsa de Milán (-1,9%). No solo por el encarecimiento de tipos, sino por el agravamiento del cuadro macro. El BCE ha revisado a la desestimación sus previsiones de crecimiento hasta el 2,8% del PIB en el 2022, el 2,1% en el 2023 y el 2,1% en el 2024. El retazo en los dos próximos abriles es severo, aunque está en serie con otras proyecciones recientes y con los datos trimestrales que se van conociendo. La caudal pierde fuelle a marchas forzadas.

Los inversores venden bonos y sube con fuerza su rentabilidad mientras las bolsas caen

Ese es otro de los riesgos con los que tendrá que guerrear Lagarde, que dio ayer por finiquitado el software extraordinario de operación de bonos a finales de este mes. Era el paso previo a la subida de los tipos de interés y el BCE no decepcionó. En este caso, su ganancia de gala era totalmente incapaz.

¿Qué pasará ahora? Como admitió Lagarde, los costes de financiación –como las hipotecas, ligadas al Euribor– ya han ido recogiendo las alzas de tipos que se avecinan y las familias, las empresas y los estados pagarán más por el monises. Se frenará un poco más el crecimiento y, si la hostilidades lo permite, remitirá la inflación. Los más débiles sufrirán. Como siempre.

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente