El precio disparado de los alimentos, un 11% internaual, impulsa la inflación

No solo la energía, sino además la cesta de la negocio están detrás del incremento internanual registrado en en mayo del Índice de Precios de Consumo (IPC) que se situó en el 8,7% interanual, según los datos definitivos del Instituto Franquista de Estadística (INE) publicados este viernes. Los alimentos, en concreto, se dispararon un 11%, un porcentaje que no se veía desde 1994.

En concreto, el IPC del mes pasado subió un 0,8% en relación al mes preparatorio e incrementó su tasa interanual 0,4 décimas. Como ya habían superior las previsiones publicadas el 30 de mayo, la inflación retomó de forma clara una radio erguido tras el breve respiro de abril, en que descendió 1,5 puntos para situarse en el 8,3%.

El porcentaje definitivo de mayo aún está, sin bloqueo, por debajo del pico de marzo, cuando el IPC llegó a alcanzar el 9,8% interanual, su tasa más adhesión en casi 37 primaveras.

Según el INE, la ascensión coetáneo se debe además al incremento de los precios de los carburantes, muy por encima que el experimentado en mayo del 2021. En cambio, Estadística señala que bajaron los precios de la electricidad, frente al repunte registrado en igual mes del año pasado.

De hecho, el precio de la gasolina estableció este jueves un nuevo récord y superó la barrera de los dos euros, situándose en una media de 2,048 euros, tras registrar una subida del 4% con respecto a siete días antes, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Contando con la subvención, el precio del litro de súper 95 ya es más elevado que en la última semana de marzo, amoldonado antiguamente de que se comenzará a aplicar el descuento.

En el caso del diésel, el precio medio del litro, a posteriori de tres semanas de bajadas, ha vuelto a repuntar, con un aumento del 3,45% con respecto a hace siete días, para situarse en los 1,916 euros.

Con respecto a hace un año, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 51,6%, mientras que en el caso del gasóleo es un 58% más caro, aunque en este caso sin tener en cuenta la mejora vivo. Un incremento que se ha acelerado especialmente desde la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero, un período en el que los precios se han disparado casi un 30%.

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