Mira cómo comen poliespan estos 'supergusanos', aunque la dieta plástica no les sienta muy bien

Los programas y acciones contra la contaminación por plásticos incluyen diversas estrategias, manteniendo como colchoneta la denominada Regla de las 3R: compendiar, reciclar y reutilizar.

Entre los campos en estudio se encuentra la utilización de organismos vivos (desde bacterias hasta gusanos -larvas de insectos-) para la degradación de los residuos de diversos polímeros sintéticos.

El pasado mes de mayo, en este sentido, un equipo de investigadores del CSIC anunció que ha descubierto cómo la saliva del larva de la cera Galleria mellonella degrada el polietileno (plástico), lo que podría tener numerosas aplicaciones en el tratamiento o reciclaje de residuos plásticos.

Otro de los insectos con los que se está experimentando la dieta fabricado con plásticos es el Zophobas morio, un escarabajo que durante su período larvaria es conocido como larva de la harina, larva rey, larva morio o zofobas. [Existe otro insecto muy parecido que también recibe, en forma larvaria, el nombre común de gusano de la harina, el Tenebrio molito].

En laboratorio, las larvas de Zophobas morio y otros insectos similares han demostrado hace abriles que pueden tomar y digerir notables cantidades de poliestireno, incluida la lectura que se conoce comúnmente como corcho blanco, poliespan o porexpan (poliestireno expandido o extruido).

Larva y escarabajo adulto de la especie estudiada .

Oruga y escarabajo adulto de la especie estudiada .

WP

Un equipo del Centro Australiano de Ecogenómica (Universidad de Queensland, en Brisbane, Australia) presenta ahora nuevos datos sobre la biodegradación de plásticos por el Zophobas morio  y las capacidades funcionales de su microbioma delante esta dieta de productos sintéticos. 

Los autores se refieren a la oruga como "supergusano" (superworm) porque en los experimentos han utilizado una variedad específica de esta especie, al parecer mejor adaptada a la ingesta de poliespan.

Los resultados de esta investigación han sido publicados (2 de junio de 2022) en la revista Microbial Genomics, editada por la Microbiology Society.

Conclusiones destacadas

Las tres principales conclusiones del estudio son que, efectivamente, las larvas de Zophobas morio comen poliestireno, que los ejemplares con esta provisiones plástica son capaces de completar su ciclo básico hasta convertirse en escarabajos y, finalmente, que la dieta fabricado altera varias de las condiciones naturales del dispositivo digestivo y reduce su crecimiento.

Encima de proporcionar los primeros conocimientos metagenómicos sobre las vías metabólicas utilizadas por el microbioma intestinal de los supergusanos para degradar el poliestireno, "nuestros resultados incluso confirman que los supergusanos pueden sobrevivir con alimentos de poliestireno, pero esta dieta tiene un impacto pesimista considerable en la diversificación y la vigor del microbioma intestinal del huésped", indica el síntesis del artículo sabio firmado por Jiarui Sun, Apoorva Prabhu, Samuel TN Aroney y  Christian Rinke.

Gusano de la harina .

Reptil de la harina .

WP

Los autores han evaluado concretamente los cambios en el microbioma intestinal del Zophobas morio criados en redimido (cáscara del semilla de los cereales), poliestireno o en condiciones de inanición durante un período de 3 semanas. 

Los gusanos con ambas dietas pudieron completar su ciclo de vida hasta convertirse en pupas e imago, aunque los criados en poliestireno aumentaron de peso mínimamente, lo que resultó en tasas de pupa más bajas en comparación con los gusanos criados en redimido.

El cambio en las comunidades intestinales microbianas desde el inicio difirió considerablemente entre los grupos de dieta, con grupos de poliestireno y de inanición caracterizados por una pérdida de diversificación microbiana y la presencia de patógenos oportunistas, indican los autores.

Las funciones microbianas alteradas en el orden de gusanos que comieron poliestireno incluyeron cambios de transposones, reestructuración de membranas y adaptaciones al estrés oxidativo. "Detectamos varias enzimas codificadas con capacidades de degradación de poliestireno y estireno reportadas, apoyando informes previos de bacterias que degradan el poliestireno en el intestino de este larva", indican los investigadores australianos.

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