Petro contra el Trump colombiano

El sueño de la izquierda colombiana de conseguir por primera vez el poder quedó en suspenso el domingo. Como estaba previsto, el exguerrillero y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, ganó la primera revés con el porcentaje que vaticinaban los sondeos (40%). Pero su rival en la segunda revés del 19 de junio no será el derechista Federico Gutiérrez –como indicaban las encuestas–, sino el populista Rodolfo Hernández, con el 28%, lo que pone cuesta en lo alto la trofeo de Petro.

No está claro quién ganará adentro de tres semanas, pero lo que sí ha quedado claro es que los colombianos han votado por el cambio. Ya se puede fijar que el próximo presidente de Colombia no será del Partido Demócrata ni del Partido Conservador –las dos formaciones que monopolizaron la política colombiana durante el siglo XX–, ni estará adscrito al uribismo, el movimiento vinculado al expresidente Álvaro Uribe, que ha influenciado al país en el siglo XXI. Estas tres tendencias apoyaron a Gutiérrez el domingo.

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Colombia ha votado contra el establishment, aunque los dos finalistas lleven primaveras metidos en política. Especialmente Petro, economista de 62 primaveras, que ahora es senador y gestionó Bogotá entre el 2012 y el 2015, adicionalmente de ser diputado durante muchos primaveras o aceptar, incluso, un cargo diplomático en Europa durante el gobierno de Ernesto Samper, al estar amenazado de homicidio.

Por su parte, Hernández, ingeniero civil de 77 primaveras y constructor millonario, fue corregidor independiente de Bucaramanga (2016-2019), hacienda del área de Santander, pero sin duda es el outsider y la gran sorpresa de estos comicios. Se vende tácitamente como centrista y juega a la anfibología ideológica con un discurso antisistema, simplón y demagógico que ataca a la política tradicional corrupta. De hecho, su partido se fuego ampulosamente Mezcla de Gobernantes Anticorrupción y sus propuestas transpiran asistencialismo alrededor de las clases bajas, combinadas con lugares comunes, como el cuidado del medio ámbito, la prosperidad de la educación o confinar la privatización de la vigor.

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Partidarios del populista Rodolfo Hernández celebran en Bogotá su pase a la segunda revés, la oscuridad del domingo 

DANIEL MUNOZ / AFP

Con una aire confrontacional, Hernández se ha manido inmerso en numerosas polémicas a lo espléndido de su vida: ha sido tildado de machista y violento, tanto verbal como físicamente, como cuando golpeó a un concejal rival siendo corregidor. En una entrevista en el 2016 afirmó: “Yo soy admirador de un gran pensador germano que se llamaba Adolfo Hitler”. A posteriori rectificó y dijo que se refería a Albert Einstein.

Colombia vota por el cambio y por primera vez el país no tendrá un presidente espléndido, conservador ni uribista

Antiestablishment, pero ¿a quién de los dos contendientes entregó su apoyo Gutiérrez, el candidato del establishment? ¿Y a crédito de quién se están posicionando ya los líderes uribistas, liberales y conservadores? ¿Por Petro o por Hernández? Efectivamente, por Hernández, a quien ya se ha adulterado como el Trump colombiano.

La oscuridad del domingo, tras retener que había quedado tercero con casi el 24% de los votos, Gutiérrez no esperó ni un día para pedir el voto para Hernández. “Quiero expresar públicamente que nosotros no queremos perder el país y que no vamos a poner en peligro el futuro de Colombia, de nuestras familias y de nuestros hijos”, afirmó el candidato conservador. “Votaremos por Rodolfo”, añadió el exalcalde de Medellín. “Por todo lo que ha dicho y lo que ha hecho, (Petro) no le conviene a Colombia”, aseguró Gutiérrez. “Sería un peligro para la democracia, las libertades, la riqueza, las familias y para nuestros hijos”, insistió.

A pesar de que ha virado alrededor de el centroizquierda, moderando su discurso respecto al 2018 –cuando perdió la segunda revés frente al coetáneo presidente, el uribista Iván Duque–, Petro representa un peligro, pero para el establishment, porque propone cargar las grandes fortunas, hacer una reforma agraria para arruinar con el latifundismo, frenar la explotación petrolera para fomentar energías alternativas, suprimir el servicio marcial obligatorio o reordenar profundamente las Fuerzas Armadas y la Policía Franquista.

El derechista Federico Gutiérrez, candidato del establishment, entrega su apoyo al antisistema Hernández

Petro celebró su trofeo el domingo con tono agridulce por la dificultad inesperada de tener que enfrentarse al Trump colombiano. El progresista no perdió un segundo y comenzó la campaña contra Hernández desde el marco. “La corrupción no se combate con frases de TikTok”, dijo Petro en referencia a su contrincante, que ha popularizado su discurso a través de esta red social. “¿Queremos más violencia? ¿Queremos más corrupción? Mi contradictor está imputado por corrupción”, lanzó Petro, en narración a una causa abierta al adalid anticorrupción por supuestas irregularidades en la adjudicación de un entendimiento cuando era corregidor de Bucaramanga.

El líder de Pacto Histórico, la coalición de izquierdas de Petro, se mostró en su discurso más moderado y conciliador que nunca, haciendo un citación a los votantes de todos los sectores, para conseguir un millón de apoyos más en la segunda revés –sacó 8,5 millones de votos el domingo– y hacerse con la presidencia. Petro dijo representar un “cambio de verdad, un cambio que nos permita una era nueva mucho más próspera, mucho más bienestar”. Y añadió, en otra referencia a Hernández: “Hay cambios que no son cambios, son suicidios”.

Ganar a la Casa de Nariño se le complica a Petro y, a descuido todavía de encuestas, los analistas ya auguran un resultado muy razonable el 19 de junio. De momento, Petro debe contentarse con el hito de suceder llevado a la izquierda, por primera vez, a ser la fuerza más votada en unas elecciones en Colombia, único país de Latinoamérica que nunca ha tenido un gobierno progresista.

Por secuestro

La Audiencia Franquista admitió ayer una denuncia contra Gustavo Petro por el secuestro de un periodista colombiano nacido en España, cuando el candidato era faccioso del M-19.

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