¿Problema o molestia?

Quizás porque me crie en una calle repleta de turistas atraídos por el objeto de la frontera y la proximidad al Museu Dalí, me parece surrealista la insistencia de algunos responsables municipales de Barcelona en convertir los turistas en un problema.

Los que somos del Empordà conocemos proporcionadamente la diferencia entre la temporada en la que la comarca es nuestra y la que está invadida de visitantes, muchos de ellos, por cierto, de la propia Barcelona o su campo de acción metropolitana.

El problema no es el turismo, sino la yerro de empleos en otros sectores

Aprovechamos las temporadas de menos afluencia para disfrutar de nuestras playas y nuestros paisajes y, cuando llega la marabunta, si tenemos la suerte de no dedicarnos al turismo, pasamos a segunda cuerda. Nos refugiamos en aquellos sitios que sabemos menos abarro­tados, donde incluso hay vida y muchas veces incluso más interesante que la que sale en Instagram. O aprovechamos las horas menos concurridas.

¿Nos gustaría que lo nuestro fuera solo para nosotros ? A los que no nos dedicamos al turismo, probablemente sí. Pero todos tenemos amigos y familiares que, directa o indirectamente, viven de ello. Y de alguna guisa, la afluencia de visitantes ayuda incluso a ser más conscientes de lo bueno que tenemos.

Ahora vivo en el Raval y, por mucho que a estas paraíso ya debería estar acostumbrada, sigo quedándome perpleja cada vez que leo o escucho comentarios de responsables públicos contra la presencia de turistas por las calles.

¿Son los turistas el gran problema? En todo caso, lo que son es una molestia. El problema no es el turismo. El problema será, si azar, la yerro de empleos en otros sectores. La gran cantidad de multitud que depende de los negocios relacionados con la aparición de visitantes. Este es el problema que nos tendría que habitar antaño de demonizar un sector que, para muchos –y otros ya lo querrían para ellos–, es su único modo de vida. ¿Se está haciendo alguna cosa en Barcelona, el Empordà y tantos otros territorios en los que hay pocas posibilidades de ganarse la vida, si no es el sector notorio, el turístico o el de otros servicios con poco valencia añadido? De mi arrabal flagrante puedo fijar que la carencia de que se hagan cosas al respecto es mucha.

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