Sí. Esta sencilla palabra es la que querría oír de una persona humana y no de una máquina. El idioma y el DNI ya me los pongo yo. Todavía me recita todos sus departamentos y los números que les corresponden. Y me advierte de que todos sus asesores están ocupados, que espere un segundo. Al final de diez minutos cuelgo.
Mentalmente expedición la máquina a hacer puñetas, por no sostener a la m... Todavía al que tuvo la magnífico idea de irritar a las personas de este modo y, por supuesto, a la Suministro, no solo por permitirlo sino por hacer exactamente lo mismo.
Ramiro L. Grimau
Barcelona
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