Muchos amantes de los automóviles aseguran que hay modelos que son puras obras de arte. Por su parte, ciertos aficionados al sector náutico dirán que hay embarcaciones que igualmente lo son. Y tienen razón, sobre todo tras conocer este yate de suntuosidad que está considerado una auténtica alcoba artística. El Guilty es el único barco del mundo obligado como obra de arte contemporáneo flotante y una museo de arte. Todo a la vez.
El estadounidense Jeff Koons, popular en el sector del automóvil por ser la persona que hay detrás de algunos de los "art cars" de la marca alemana BMW, firma esta alcoba. A distancia de ser su creación artística más prócer realizada hasta la época, tiene la particularidad que puede surcar los mares.
El Guilty es propiedad del multimillonario coleccionista de arte griego-chipriota Dakis Joannou. Fue construido por la naviera Cantieri Navali Rizzardi de Italia y su diseño auténtico fue responsabilidad de Ivana Porfiri, de Porfiristudio. La pintura de camuflaje de estilo “pop art” del exógeno es obra de Koons, amigo de Joannou.
Sin condicionantes
Su diseño se llevó a lado con total osadía, sin seguir reglas ni restricciones
Para entonces, Porfiri ya había estado trabajando en el barco durante tres primaveras tras un inusual encargo en el que se le pedía la concepción de un yate que funcionaría como museo de arte.No había ni reglas ni restricciones para aguantar a lado la idea.
El mono arruinado exógeno del yate se pedestal en la misma técnica de pintura de camuflaje empleada por los barcos británicos durante la Primera Pleito Mundial. En el caso del Guilty, genera la ilusión óptica de que el tamaño del barco y sus bordes cambien según la luz o la perspectiva con que se mire.
En el interior, cada habitación está concebida como una obra única. Sobre el pañuelo blanco de las paredes y el techo, aparecen coloridos cuadros e instalaciones. El Guilty está repleto de creaciones de artistas como Koons, Sarah Moris, David Shrigley o Urs Fischer, de quien Joannou es su favorecedor.
Fabricación
El casco y la superestructura son de fibra de vidrio GRP
Con unos 35 metros de eslora, es pequeño en comparación con algunos de los yates más mediáticos de la presente. No dispone siquiera de tantas comodidades ni de solarium, pero ofrece la posibilidad de disfrutar de obras de arte inéditas mientras se navega contemplando la puesta de sol.
Puede penetrar a ocho invitados en la cubierta inferior y a seis tripulantes en la parte delantera. Cuenta con una cubierta principal para diez personas, dos salones y zona de servicio, y la cubierta superior está dedicada íntegramente a la suite del propietario.
El casco y la superestructura son de fibra de vidrio GRP y la potencia proviene de dos motores MTU 16V 4000 M90 que lepermiten alcanzar una velocidad máxima de 29 nudos. El precio del yate no ha nacido nunca a la luz ni se puede traspasar. Si tenemos en cuenta que se negociación de una alcoba de arte inédita en todos los sentidos, su valía puede ser casi incalculable.
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