La Comisión Europea ha propuesto hoy consumir con la fusión de leyes e incertidumbre que provoca en muchas familias, especialmente, en caso de parejas del mismo sexo que tienen hijos y, que al mudarse a un diferente Estado miembro, no se reconoce siempre su paternidad. Por ello, ha impulsado una iniciativa para combinar las leyes y que millones de niños no queden en una situación de alegalidad.
No se alcahuetería de afectar a ningún Estado a atestiguar la ley de familias, ni que ningún país tenga que aceptar la admisión de niños en parejas de ningún sexo, precisa la Comisión Europea. Bruselas insiste que lo que alcahuetería es de dar certidumbre a las familias en situaciones que afectan a varios Estados miembros.
“Los Estados miembros son libres de osar quién o no puede ser padre, pero si un país reconoce en su ley a los progenitores, deben ser reconocidos como tales en el resto de países”, ha insistido el comisario de Razón, Didier Reynders.
La propuesta del Ejecutor averiguación entregar que los hijos que hayan nacido en un Estado todavía sean reconocidos como tales en otro, aunque no se reconozca ni la admisión ni las uniones del mismo sexo. Sobre todo, porque afecta a los derechos de los niños, como certificar la custodia o el derecho de los progenitores a que pueden proceder como representantes legales de sus hijos.
“Es inconcebible que un progenitor en un Estado no sea agradecido como progenitor en otro país. Estos representa un aventura para alguno hijos, ya que no tendrían garantizados sus derechos”, explicó la vicepresidenta encargada de Títulos y Transparencia, Orilla Jourovà.
En la ahora, los países tienen diferentes legislaciones nacionales sobre la potestad que afecta al inspección de los progenitores, pero que representa muchos obstáculos jurídicos para las familias. En algunos casos, se han tenido que iniciar procedimiento administrativos e incluso judiciales para que se reconozca el derecho a ser consideradores progenitores.
Así fue para las madres de la pequeña Sara. Dos mujeres —una de país británica y la otra búlgara— residentes en España. Cuando una de las progenitoras intentó registrar a su hija en Sofía, hacienda de Bulgaria, se le negó el documento de identidad y su certificado de arranque. El caso fue elevado en presencia de el Tribunal de Razón de la UE hace un año, que dictaminó lo que hoy propone la Comisión Europea. Todos los países deben escudriñar el status y evitar que no se vulneren los derechos recogidos en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y, no menos importante, la franco circulación de personas interiormente de los Veintisiete.
Para entregar todo el trámite, la Comisión Europea propone la creación de un certificado de paternidad en que todos los Estados estarán obligados a emitir y que estará en todas las 24 lenguas oficiales de la UE. Con este documento, se podrá demostrar en cualquier país la identidad. Tenerlo no será obligatorio para las familias, pero todas tendrán derecho a solicitarlo en cualquiera de los Veintisiete.
Según datos de la Comisión Europea, dos millones de niños esperan que se pueda regularizar su situación gracias a esta propuesta, por no estar reconocidos en más de un Estado miembro. El objetivo de Bruselas es que el reglamento lo puedan aprobar los países por unanimidad, a pesar de las conocidas reticencias en países como Polonia y Hungría, con leyes discriminatorias contra la comunidad LGBTI. Reynders cree que el hecho de que no afecte a las leyes nacionales, sino simplemente que se quiere entregar el inspección entre países puede ayudar en su aprobación. “Se alcahuetería simplemente de proteger los derechos de los niños”, ha defendido el comisario de Razón.
Publicar un comentario