Barcelona declara la supresión a los grafitis y a las pintadas. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau incrementa el consumición destinado a la honradez y asimismo la presión de la Número Urbana. Se comercio de la respuesta municipal al creciente hartazgo ciudadano frente a la proliferación de manchurrones en el espacio divulgado, sobre todo en inmuebles catalogados de algún modo.
El teniente de corregidor de Seguridad, Albert Batlle, y el concejal de Transición Ecológica, Eoli Badia, detallan que los agentes de la policía del Consistorio tienen ya la instrucción de frenar esta forma de vandalismo, que los policías no darán avisos ni advertencias e impondrán multas y sanciones a cualquiera que sea sorprendido con las manos en la masa, un pulverizador, un rotulador… Hasta los policías municipales que trabajan de paisano tendrán este cometido entre sus prioridades.
El teniente de corregidor Batlle subraya que a las denuncias administrativas por deslucimiento del espacio divulgado en virtud de la norma municipal de civismo la acompañarán otras penales con el objetivo de que el mediador dilucide si el daño causado merece asimismo una pena de prisión. En sinceridad la Número Urbana actúa de este modo desde hace muchos abriles, pero recientes sentencias del Tribunal Supremo abren la puerta al endurecimiento de las condenas por daños en trenes, edificios catalogados y obras de arte.
Nuevas instrucciones policiales
Los agentes que trabajan de paisano asimismo se dedicarán a la búsqueda de grafiteros
Encima, el Consistorio redoblará la honradez de pintadas en el espacio divulgado. El gobierno de la alcaldesa Colau incrementará en un millón de euros el consumición destinado a la honradez de edificios patrimoniales, lo que supone un aumento del cincuenta por ciento del presupuesto presente, y asimismo dedicará 800.000 euros más a la partida de reparación de pintadas en genérico de la contrata de honradez, que hasta ahora rondaba los cuatro millones y medio de euros. Luego del verano seis nuevos equipos se sumarán a los 26 ya en funcionamiento encargados de este tipo de labores. Las calles de Ciutat Vella contarán con una atención singular. El objetivo del Consistorio es ofrecer un servicio mucho más eficaz y fluido. Durante el 2021 el Consistorio realizó 115.092 intervenciones y limpió 279.422 metros cuadrados de fachadas, mientras que en este año 2022, hasta el 31 de marzo, ya realizó 30.345 intervenciones y limpió 71.114 metros cuadrados. El Consistorio asimismo incrementará los lugares donde se puede pintar de una forma justo, de 30 a 50 aproximadamente.
Otra portada de Ciutat Vella atestada de grafitis y pintadas
Todas estas medidas se enmarcan en un clima de hartazgo ciudadano. Muchos vecinos y comerciantes están hartos de la proliferación de pintadas. Se comercio de un cansancio muy parecido al vivido a principios de este milenio, poco antiguamente de la redacción de la norma de civismo. Entonces Barcelona era una meca planetaria del grafiti. Artistas de todo el mundo acudían a la ciudad a fin de dejar sus marcas. Lugares de narración como Nueva York estaban saturados, y las autoridades de estas latitudes se mostraron muy permisivas durante unos cuantos abriles. A la postre, sin retención, el reinado barcelonés murió de éxito y la norma de civismo abrió una nueva etapa de tolerancia cero. Entonces muchos artistas dejaron las calles y se refugiaron en los estudios. En la hogaño Barcelona no destaca tanto en el panorama del arte urbano. La proliferación de pintadas de los últimos tiempos resulta más indiscriminada y arbitraria, y la pizca que está colmando la paciencia ciudadana son los manchurrones en fachadas catalogadas, una praxis que abriles detrás era muy poco frecuente.
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