Celsa logra la ayuda de la SEPI sin arreglar su pasivo

El consejo administrador de la SEPI, encargado de dirigir las ayudas del Fondo de Apoyo a la Solvencia de las Empresas Estratégicas, aprobó ayer la concesión de 550 millones en préstamos a la siderúrgica Celsa, de la tribu Rubiralta, con lo que se despeja el futuro inmediato de la compañía. La operación pasará ahora el filtro de la Comisión Europea porque el coste de las ayudas supera los 250 millones y, previsiblemente, seguirá delante y la aprobará el Consejo de Ministros el 28 de junio, exacto antaño de que decaiga el entorno peculiar europeo de ayudas de Estado que se puso en marcha en el 2020 para combatir la crisis de la covid.

Para Celsa, luego de semanas de durísimas negociaciones y enfrentamientos mediáticos entre el capitalista y los acreedores, lo importante es que las partes en competición han llegado a un acuerdo en lo fundamental: la empresa, con sus 4.500 empleos directos en España y más de 33.000 trabajadores contando los indirectos y el empleo inducido, pasa por delante de todo lo demás.

El fondo de la SEPI envía la operación a Bruselas para que la examine antaño de ir al Consejo de Ministros

La exigencia de la SEPI de que la compañía redujera en unos 1.000 millones su pasivo exigible para validar el plan de viabilidad que haga posible la devolución de las ayudas se mantiene. Pero, delante la error de tiempo para venir a un acuerdo, el fondo divulgado ha optado por aprobar la ayuda ya, con la convicción de que la tratado se producirá. Lógicamente, si no fuera así, la SEPI abortaría la operación.

La tribu y los fondos acreedores –que cuentan con derechos de cobro, cuestionados por la empresa, por 2.400 millones– han pactado el mantillo de 450 millones de forma inmediata y el mantenimiento de 660 millones en deuda reestructurada a prolongado plazo. Adicionalmente, la compañía ha accedido a alterar parte de la deuda existente en participaciones preferentes por 320 millones, que los fondos quieren elevar a 550 millones.

Hasta aquí, en lo que se refiere a la reestructuración del pasivo, las diferencias son pequeñas y permitirían dejar a Celsa con un comprobación harto moderado y una deuda muy sostenible, teniendo en cuenta la desarrollo previsible del negocio y los beneficios.

La tribu propietaria confía en venir a un pacto con los fondos, que ahora exigen el 75% del haber

Pero, ¿qué pasa si la empresa va muy proporcionadamente y pasa a obtener mucho boleto tras su estabilización? Los Rubiralta han aceptado que los fondos reciban una parte de este valencia potencial futuro: los primeros 320 millones y el 20% restante de ese valencia adicional. Los fondos, en cambio, habían propuesto los primeros 550 millones y venir al 49% y ahora renuncian a esta última remuneración. A cambio, proponen inyectar ellos 50 millones de haber en Celsa y quedarse con el 75% de la empresa.

Esta petición supone un paso detrás en la negociación, ya que los fondos ya habían renunciado a convertir su deuda en haber de Celsa. La tribu, que se ha comprometido a realizar una ampliación de haber por 50 millones, rechaza tajantemente esta última opción y confía en venir a un acuerdo con sus acreedores en breve. La presión temporal se ha aliviado un poco, pero la empresa sigue necesitando un pacto para aceptar la ayuda.

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