Tiene dos naranjas en una mano, en la otra el cubo Rubik y en su mente la capacidad para dirigir esas dos tareas mientras recita cada una de las cifras que componen el número Pi. El protagonista de esta correr cerebral es Andrea Muzii, un pollo estudiante de medicina de 20 primaveras, nacido en Roma, Italia, que ostenta el título de campeón del Mundial de la memoria. Sin bloqueo, hasta hace cuatro primaveras era un sufrido estudiante de secundaria que estaba muy allá de destacar entre sus compañeros. Un día se topó con un cubo de Rubik y todo cambió.
Cayó en sus manos cuando tenía 16 primaveras y despertó en él un espíritu competitivo voraz que explotó en su interior la carencia de superarse. Foros de internet, sitios especializados, libros, rastreó todo el material sobre los secretos para resolver ese simple pero no sencillo maniobra de ingenio. Se convirtió en una obsesión que lo llevó a ponerse a estudiar distintas técnicas de memorización.
Un año a posteriori de acontecer conocido el cubo se dispuso a formarse el decano número posible de cifras o de cartas de la baraja. Según relató al Diario Sur de España, comenzó con unos pocos minutos al día y fue dedicándole cada vez más tiempo, mientras iba participando en distintas competiciones. Hasta que, el 1 de diciembre del 2020, ganó el Campeonato Mundial de la Memoria, celebrado en China. Fue el único occidental en un podio copado por asiáticos, con jóvenes de Mongolia en segundo, tercer, cuarto y botellín espacio.
Su hoja de resultados en el campeonato de China impresiona: memorizó 572 cifras en 5 minutos y el orden de 1.829 cartas en media hora. Son poco más de 35 barajas de barajas. Pero ¿cuál es el secreto para que con casi nada dos primaveras de trabajo un estudiante del montón pudiera desarrollar, entrenar e imponer su cerebro por encima de cientos de competidores y, más aún, exceder a un equipo especializado con primaveras de disciplina detrás? El método.
El vídeo vírico que lo hizo notorio
Recientemente, este ingenio de prodigiosa memoria dio otra sorpresa. Publicó un video imagen durante la pandemia, en el que resuelve el notorio cubo de colores con una mano, hace malabares con la otra y describe en orden los 58 primeros dígitos del número Pi. Todo en menos de 30 segundos.
"Ojalá los hubiera conocido (estos métodos) antaño", mencionó. "Empecé al final del colegio y me hubieran servido mucho en los primaveras anteriores. Ese es un problema de nuestro maniquí educativo: nadie te enseña sistemas mnemotécnicos, pero luego sí que se te exige que sepas muchas cosas de memoria", añadió el pequeño que a pesar de la triunfo que cobró, no se aleja de su objetivo: especializarse en neurocirugía.
El italiano de 20 primaveras cuenta que quiere entender mejor cómo funciona el cerebro, pero que sus trucos no son muy utilizados en la carrera: "En medicina yo sólo echo mano de estos métodos en algunos casos específicos, como cuando tengo que memorizar largas listas de instrumentos. Pero, por lo caudillo, prefiero profundizar en lo que tengo que formarse, pues es la mejor modo de retener una información".
¿De qué se negociación su método? "Utilizo principalmente el método conocido como el 'edificio de la memoria'. Estás en un espacio que te resulte franco, como tu casa, una habitación, o un reconvención que conozcas proporcionadamente, como el que usas todos los días para ir al trabajo o a la escuela, y vas colocando en cada sitio la información que tienes que memorar. Yo los números los traduzco en imágenes y éstas las pongo en los distintos puntos de mi 'edificio de la memoria'. Pero hay otras técnicas específicas más o menos difíciles para las palabras o los números".
Adicionalmente, añade que la comida y el buen refrigerio incluso son esencia. "Para tener una buena memoria es importante admitir una vida sana: hacer deporte, tomar proporcionadamente y reposar las horas suficientes. Así alivio la capacidad de concentración. Yo lo noto cuando me pongo a estudiar para la universidad o hago los entrenamientos con los sistemas mnemotécnicos con los que preparo los campeonatos".
"Todavía es mejor estudiar que ver la televisión durante el tiempo vacío para tener la mente más activa. Y a mí me ayuda mucho ponerme unos auriculares anti ruido en los oídos para evitar distraerme y usar mejor el tiempo".
De todos modos aclara que él incluso tiene los clásicos olvidos que tenemos todos: "Luego de vencer el premio, mi tribu y mis amigos me toman el pelo cada vez que no me acuerdo de poco, porque me pasa lo mismo que a cualquier otra persona. No soy ningún ingenio". Es cuestión de repasar lo olvidado y ponerlo en alguna habitación para que no vuelva a ocurrir.
Clarín
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