Andrea Fuentes se ha convertido en la gran protagonista del Mundial de buceo de Budapest, no por un aspecto deportivo sino por sobrevenir rescatado a su pupila Anita Álvarez cuando se desmayó en la piscina al zanjar su entrenamiento de solo de la final de sincronizada. "Nunca había nadado tan rápido en mi vida, ni cuando era medallista olímpica", explicó en el Tu Diràs de RAC1.
La catalana, que durante su etapa en activo ganó cuatro preseas en los Juegos y 16 en los Mundiales, una de oro, explica cómo su instinto afloró al ver a la nadadora estadounidense hundirse en el agua. "Cuando acabas una coreografía estás tan cansado que lo primero que quieres es respirar, lo necesitas", indicó Fuentes, que reaccionó al ver como Álvarez "se iba con destino a el fondo" en la piscina de Isla Margarita.
"Grité a los socorristas para que se tiraran", avisó primero, aunque luego, cuando vio que "no reaccionaban", que "estaban paralizados", tomó la iniciativa: "Vi que nadie venía y entonces me lancé lo más rápido que pude y nadé con destino a Anita". "Entraron en pánico", denunció en El Mundo sobre los socorristas, uno de los cuales llegó para ayudar cuando la de Valls ya había sacado a flote a la nadadora.
Fuentes explica para As que el socorrista no la "ayudó demasiado". "He estudiado y hay que ponerla de forma supletorio para que no trague agua y pueda abrir a respirar, él la quería poner boca en lo alto, y se generó una pequeña lucha absurda para ver en qué posición la colocábamos. Siquiera hablaba inglés y no me entendía. Finalmente logramos sacarla", manifestó.
"Días antiguamente había hablado del tema con los delegados de la Liga Internacional y me dijeron: 'Los socorristas están preparados, no hace errata que la líes'", desveló la entrenadora española, que ya había gastado anteriormente, en las pruebas clasificatorias para los Juegos del año pasado, como Álvarez, de 25 primaveras, había sufrido otro desmayo.
"En entrenamientos no diré que es poco habitual, pero pasa, pasa. En competición normalmente ya lo tienes todo muy justo, pero en entrenamientos buscas mucho el remate. Al final es poco más o menos frecuente en el deporte de élite", añadió sobre los esfuerzos que deben realizar las nadadoras, a veces hasta desmayarse.
Fuentes, pese a estar vestida, con el peso extra que comporta la ropa mojada, logró sacar del fondo del agua a Álvarez, a la que luego trató de despertarla "a bofetadas". "Creo que al menos ha estado dos minutos sin respirar porque tenía los pulmones llenos de agua, pero la hemos podido arrostrar a un buen sitio, ha vomitado el agua, ha tosido y ya está, se queda en un buen susto", señaló.
Pese a la dramática ámbito, "los médicos insisten que todo está aceptablemente" e incluso podría participar en la final por equipos del viernes. "Quiere nadar e irse de Budapest con la cabecera aceptablemente adhesión, todo el mundo la está animando para que lo haga", desveló sobre la estadounidense, ingrediente del equipo yanqui en los pasados Juegos de Tokio y medalla de bronce en duo y por equipos en los Juegos Panamericanos del 2019.
Álvarez terminó en séptima posición en la prueba de solo, exacto por detrás de la española Iris Tió. La campeona mundial fue la japonesa Yukiko Inui (95.3667), la plata para la ucraniana Marta Fiedina (93.8000) y el bronce se lo adjudicó la griega Evangelia Platanioti (91.7667).
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