Girona vive horas felices. O, al menos, las viven sus aficionados al deporte. El domingo, los equipos de fútbol y de baloncesto de la ciudad subieron a Primera División. Primero fue el de basket, que ganó por 66 a 60 al Estudiantes, logrando plaza para la próxima temporada en la ACB, de la que ha estado lejano catorce abriles. Posteriormente le llegó el turno al Girona de fútbol, que en el estadio Heliodoro Rodríguez venció por 1-3 al Tenerife, tras un igualada a cero en Montilivi en el partido de ida, consiguiendo pues el regreso a la categoría reina. La satisfacción de los futbolistas gerundenses se vio multiplicada por el hecho de que sucedía a dos tremendas decepciones, en el 2020 y el 2021, cuando en equiparable circunstancia el Girona perdió el partido fundamental para el avance, contra el Elche y luego contra el Centella. El mismo que ayer ganó contra el Tenerife.
Estos dos ascensos han coincidido en el tiempo, concretamente en el mismo día –un 19 de junio para el retentiva–, y presentan otras similitudes. Quizás la principal sea que los dos equipos son ejemplos de una gobierno moderna, muy distinta de la de tantos otros equipos que parecen anclados en modelos anticuados y no siempre productivos.
Los ascensos a Primera de los equipos de fútbol y baloncesto son fruto de una gobierno moderna
El Girona futbolístico está vinculado al conjunto del Manchester City, al igual que otros equipos en lugares tan dispares como Estados Unidos o Australia. Esto es seguro de una gobierno puesta al día y de la posibilidad de compartir conocimiento y métodos de trabajo con otras formaciones. Mención parágrafo merece la contribución de cada una de las personas que han hecho posible este avance. Empezando por el preparador, Míchel, que procedente de Madrid se ha integrado muy proporcionadamente en Girona; o de Stuani, el punta de origen uruguayo y goleador histórico de la entidad, que a sus 35 abriles puede ufanarse de sus servicios y su devoción al club, en el que ha preferido seguir pese a las diversas ofertas que ha recibido.
A su vez, el Girona de basket ha vivido igualmente una circunstancia acertado desde que Marc Gasol, que hace solo tres abriles ganaba el anillo de la NBA con los Raptors, se puso al frente del equipo, simultaneando labores de presidente y de atleta, e insuflando un espíritu vencedor que pronto contagió a todo el equipo.
Los triunfos sobre la hierba o en la cancha son responsabilidad de los jugadores. Pero una ordenamiento moderna, con conocimiento de primera mano de lo que ocurre en el mundo, es igualmente un delegado fundamental para guerrear con éxito por la conquista, tal y como han hecho esta temporada los equipos de fútbol y de basket de Girona.
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