Nacho Palau llegaba a Supervivientes levantando grandes expectativas sobre las revelaciones que podría hacer sobre su relación y posterior ruptura con Miguel Bosé. Hasta ahora, sin confiscación ha sido suficiente prudente. Ha habido algún pequeño reproche y alguna confidencia, pero nadie positivamente relevante.
Sin confiscación, en una conversación con la concursante Ana Luque ha hablado del cantante como nunca ayer. Y es que, según ha confesado, sigue albergando sentimientos de apego alrededor de él.
A medida que avanzan las semanas en el reality, los concursantes tienen los sentimientos cada vez más a galantería de piel. Echan de menos a sus seres queridos y, en el caso de Nacho Palau, a sus dos mellizos y a los que viven con Bosé en México. Al susurrar de ellos con Ana Luque ha pasado de sus pequeños a su expareja. Y ha confesado que el comediante sigue siendo una persona muy importante para él: "Yo he estado enamorado hasta las trancas, no: lo próximo. Es lo que más quiero en el mundo, no quiero que sufra, quiero que le vaya todo perfectamente".
El valenciano ha asegurado que, pese a su tenso y duro enfrentamiento jurídico por la custodia de los niños, como padre "Miguel era de primera, lo hacía todo de puta superiora. Ha sido divertidísimo, de todo, lo más".
Lo que más echa de menos eran los tiempos en los que formaban una tribu eficaz, con sus dos pares de mellizos: "Ha sido muy divertido porque cuando dos empezaban a caminar, otros empezaban a deslizarse. Yo era más de tirarme al suelo, de brincar, de hacer la voltereta. Miguel se lo ha currado como un campeón. Ha sido un tío que se lo ha currado todo. No me gusta cómo están las cosas ahora, pero espero que cambie".
Palau reitera que desearía que las cosas entre ellos volvieran a su cauce: "Ojalá me llevara de puta superiora con Miguel". En la presente él se hace cargo de dos de sus mellizos Ivo y Telmo, mientras que el cantante cuida de los otros dos, Diego y Tadeo, a más de 9.000 kilómetros de casa, en México.
Bosé y Palau se conocieron cuando tenían 37 y 19 abriles, respectivamente, y han convivido durante dos décadas. "He estado más con él que con mi propia tribu", aseguraba sobre el su relación.
El valenciano tiene muy claro qué desea para él y los pequeños: "Comportarse en mi pueblo, tener un negocio, estoy con mis nanos ahí todo el día...". "Lo que tienen aquí no lo tienen allí", decía, pero es consciente de que "su otro padre podrá darles lo que yo no".
Para dejar claro que él no le desea ningún mal a Miguel Bosé explicaba a Ana Luque: “No quiero que sufra, quiero que le vaya todo perfectamente" e incluso lanzaba un beso al cantante mirando a cámara.
Estas bonitas declaraciones contrastan con el testificación que compartió semanas detrás, cuando destapaba la dura situación económica en la que se encuentra desde que los caminos de Bosé y el suyo se separaron. Palau reconocía que su existencia es ahora mucho más austera “con mis manos, metido en mi pueblo, con mi superiora con cáncer”. No lo ha pasado nadie perfectamente en estos tres abriles que lleva alejado del hombre con el que formó una tribu: "Tengo mi pueblo, no he saledizo a tomar, pero me tomo mis cervecitas con el plata justísimo”. Eso sí, no se le caen los anillos por trabajar en lo que sea: “Tengo 50 abriles. Me he separado hace tres y tengo dos manos. Nunca he sido muy codicioso, me he conformado con trabajar, he sido eficaz".
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