El biólogo estadounidense Steward Pickett (Kentucky, 1950), investigador en el Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas de EE.UU., aboga por idear y restablecer ciudades con planeamientos que den respuesta a las múltiples deyección humanas, incluidas la creación de espacios verdes y la amoldamiento al cambio climático. Así lo dice horas antiguamente de admitir el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación.
El toril
“En EE.UU. se ha pedido a 30 millones de personas que no salgan de sus casas”
¿Qué aporta la ecología a la definición de los espacios urbanos?
Nos ayuda a entender que todos los lugares cambian constantemente; y, por otra parte, nos ayuda a comprender que funcionalmente son muy diversos entre sí. A veces se piensa en las ciudades como poco permanente, hermético, arrobado. Los diseñadores y planificadores deben pensar en ciudades que se adapten a los cambios; prepararlas para que en el futuro puedan cambiar pero de una modo que mejoren la calidad de vida y del medio medio ambiente.
Pero es difícil la transformación de los cascos históricos.
Porque fueron construidos para una escalera de vida corta. Todas las ciudades están construidas pensando en las deyección de la multitud que necesita moverse en coche. En Estados Unidos la construcción de carreteras perseguía que la multitud se moviera rápidamente desde los suburbios a los centros urbanos; y así se han destruido barrios funcionales históricos y se han destruido parques. No ha sido muy inteligente.
¿Por qué?
Todo se ha pensado desde esta perspectiva única de eficiencia en el transporte. Pero la ciudad no debe ser ideada considerando solo un aspecto. La sostenibilidad dice lo mismo. Hay que tomar decisiones que incluyan beneficios sociales, económicos, ecológicos. Encima, segregamos espacios comerciales, industriales, residenciales. Y la ecología nos dice que se debe analizar cómo estas funciones pueden conectarse de modo diferente sin que haya esos barrios norma, como compartimentos hermético. Hay que integrar las diferentes funciones al mayor.
¿Qué consejos da para que las ciudades sean más habitables?
Necesitamos más espacios verdes y que sean accesibles a las personas. No debemos pensar en las ciudades como estructuras solo para moverse en coche.
¿Le preocupan los mercadería del cambio climático en las ciudades?, ¿cómo afrontarlo?
Como sociedad hemos de encargarse que el cambio climático es un pelea al que debemos enfrentarnos seriamente. No debemos escuchar a las personas que dicen que no hay cambio climático, que no nos debemos preocupar. Lo dicen quienes ganan parné haciendo lo mismo de siempre. Y son esas cosas las que hacen que se refuerce el cambio climático.
¿Lo cree firmemente?
Lo dicen las mismas personas y compañías que decían que el tabaco no hace daño. Tenemos que resistirnos a ese tipo de argumentos porque hay compañías que se están beneficiando efectivamente del cambio climático.
¿Cómo?
Las infraestructuras políticas e institucionales nos pueden ayudar. Si no resolvemos el problema, no podremos hacer nulo por las ciudades; y seguiremos teniendo 30 o 35 grados, y tendremos muchos días 35 y 40 grados.
¿Entonces...?
Hagamos ciudades más verdes, que haya más árboles que controlen la temperatura mundial. Se pueden hacer muchísimas cosas: el cambio climático es un problema multidimensional. Pero si hay una ola de calor a nivel regional y si no se intenta revertir esta situación, es muy difícil contender contra ello. Sin una obra mundial, las ciudades no puede combatir solas el cambio climático.
¿Las olas de calor son ya un problema de las ciudades?
Sí, es difícil adaptarse a este problema. El cambio ha ocurrido muy rápidamente y muchas ciudades en Oeste y en el sur no están preparadas para hacer frente a estas olas de calor. Tenemos que residir con el calor. Hay que adaptarse.
¿Y en su país?
Ahora hay 30 millones de personas en Estados Unidos que han recibido la recomendación de estar en casa sin salir.
¿Antiguamente se hacía esta recomendación?
No tanto. Era muy raro que ocurriera; ahora cada vez se da más, es más frecuente. Es poco absolutamente alocado.
¿Hay que quedarse en casa?
Si recomiendas a las personas no salir, por ejemplo, ¿qué pasa? Hay que tener en cuenta que los agricultores deben trabajar; hay personas que no se pueden permitir el fasto de tener música acondicionado y tienen que salir de casa para no abrasarse.
Pero las olas deberían ser consideradas un peligro sindical, proponen los expertos en España…
Tenemos brutales olas de calor, que están aumentando su frecuencia y su intensidad. Tenemos que trabajar para controlar a los grandes responsables del cambio climático: es la parte más importante del problema.
¿Tiene ejemplos de buen administración de las ciudades?
Hay ciudades que están haciendo una gran agricultura y esa agricultura se está extendiendo. Hay una red internacional de gestores de sostenibilidad urbana, que comparte información. No se alcahuetería de que haya dos o tres ciudades, sino de que hay que tejer redes de ciudades para mejorar. Estoy impresionado con lo que he pasado en Bilbao, de la audacia que han tomado aquí. Es un ejemplo de cómo se puede transformarse desde una dependencia industrial a poco diferente; de que es posible tener ciudades más verdes y con mejor calidad de vida en normal. Estoy impresionado con lo que he pasado en Bilbao.
¿Y hay ciudades amenazadas por el mejora del mar?
Muchas ciudades en el mundo están en la costa, o en deltas. Tenemos ciudades con rías. ¿Cuál es el plan? Yo vivo en una ciudad pequeña en el estado de Nueva York. Está en Hudson, no es un río sino un estuario. Y hay proyecciones para el año 2080 de que el mar crecerá y entrará en el demarcación de la ciudad, y hay algunas carreteras y edificios que tendrán que ser sustituidos.
“Los planificadores y los diseñadores de ciudades cada vez están abiertos a entender las múltiples perspectivas que se necesitan en la definición de una ciudad, pero mis compañeros me dicen que solo el 2% de los edificios de Estados Unidos está diseñados por arquitectos efectivamente. En la mayoría de los casos ellos son meros empleados de los promotores, que les dicen cómo deben ser hacer las casas, lo más más baratas posible. Todas las casas parecidas…El mercado es efectivamente el que efectivamente controla la situación de la construcción”, explica Pickett.
“Tenemos arquitectos y diseñadores maravillosos; así es que lo que creo es que tenemos que tener una mejor comunicación con los especulares, aunque no me guste decirlo; con los desarrolladores y promotores de viviendas”, añade hombre, partidario de que no solo urbanistas y arquitectos participan de la definición de las ciudades, sino asimismo ecólogos, psicólogos... ”Debemos soñar fomentando la billete en torno a lo que podría hacerse en las ciudades”
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