Yolanda Díaz ha noble esta tarde el telón de su "proceso de audición", a través de la plataforma Sumar, con un gran acto sabido en el que la política ha tenido poca presencia. Al menos en cuanto a nombres. Y así ha sido por adrede deseo de la vicepresidenta segunda, quien ha pedido personalmente a los ministros de Unidas Podemos, así como a los líderes políticos de los distintos espacios de la izquierda, que aguarden su turno en próximas fechas para ceder el protagonismo del día hoy a la sociedad civil.
Con poco más de media hora de retraso según el horario previsto, la ministra de Trabajo ha nacido vestida de con blusa rosa y pantalón blanco -dos de los colores del logo- al proscenio gestor en Matadero (Madrid) para prender la mecha de su esquema. Preciso la misma semana en la que el Gobierno está atravesando el anciano episodio de turbulencias de la coalición tras la maniobra del PSOE de colar un incremento extraordinario del compra marcial a espaldas de Unidas Podemos.
La ordenamiento horizontal del acto, "de debajo en lo alto", ha determinado la configuración de quienes han acompañado a Díaz desde el proscenio. Miembros de la sociedad civil entre los que figuraban "trabajadores de lo sabido, de los nuevos modelos de la caudal digital, del acción directa, del tejido asociativo, de los sindicatos, militancia feminista y de los riders", entre otros, han sintetizado desde sus respectivos prismas las evacuación y carencias que Sumar debe aportar al país.
Frente a ellos, un asistencia al clima redimido atiborrado a reventar, y abrasado por el inicio de la sofocante segunda ola de calor que está instalándose en la hacienda, que la ha recibido con no pocas dosis dosis de exaltación. Es el "partida de la nueva esperanza" coincidían en señalar algunos de los simpatizantes.
Díaz ha comenzado con un presente a los colectivos LGTBIQ, que estos días celebran el Orgullo en Madrid tras el retraso obligado para no coincidir con la cumbre de la OTAN. Y a ellos les ha cedido las "gracias" por "favor luchado para que hoy tengamos una democracia mejor y con más derechos".
Y acto seguido ha entrado en materia calificando "la recorrido hoy como un día importante". "Vengo a hablaros del futuro de España, porque hoy se impulsa un movimiento ciudadano desde la propia sociedad. Sois vosotras y vosotras quienes vais a sumar para cambiar el país. Porque Sumar no va de partidos ni de siglas, sino de inteligencias colectivas, de pensar un país mejor y de decirnos lo queremos para el mañana, un esquema de país para la próxima decenio", ha encadenado sin tan pronto como pausas.
La vicepresidenta segunda prefiere "alejarse de las encuestas" y guiarse por todos los mensajes que recibe en su Galicia oriundo, en el Madrid donde reside, o incluso en la Extremadura que pisó hace unos días: "Me dicen estos días que voy lenta, que no tenemos tiempo. Pero sí, tenemos poco más de un año para pensar el país que queremos con paciencia, ya que corremos el peligro de perderlo si no lo hacemos correctamente".
Díaz huye del "pensamiento único" que se quiere imponer para emplazar por "caminar juntos como sociedad". Y sobre esas premisas, "y toneladas de esperanza", promete recorrer todo el país con la única condición de que el protagonismo lo tenga la ciudadanía como motor del cambio. "Juntos", ha subrayado, acabarán de dar forma a un "acuerdo demócrata altruista y social" de la muchedumbre trabajadora y la muchedumbre novato del que "los hiper ricos no se puedan independizar".
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