La Policía Municipal de San Miguel, en Argentina, y un conductor fugitivo protagonizaron una espectacular persecución que incluyó escenas de adhesión velocidad, escapes imposibles y aplausos por la ocupación cumplida. El Chevrolet Cruze blanco escapaba desde Ituzaingó, provincia de Buenos Aires, hasta San Miguel, tras eludir numerosos controles policiales. Pudo haberse tratado del rodaje de una película, pero la insensatez al volante y la espectacular detención del conductor fueron las escenas destacadas en zona porteño.
El hombre, que no pudo ser detenido por las autoridades locales siquiera en Hurlingham, aceleró a toda velocidad y estuvo cerca de desaguarse con la suya, como si el episodio hubiera sido guionado.
Pero fue detectado por las cámaras de seguridad de la zona y desde el Centro de Monitoreo del sistema municipal Luceros en Alerta, mientras arriesgaba su vida y la de cualquier otro conductor o transeúnte que por allí se paseara. Las imágenes muestran cómo el conductor nunca dejó de acelerar, ni en bocacalles, y mucho menos cuando las policía ya lo perseguía.
Una persecución de película
Con el memorial cinematográfico de "montaje alterno", que muestra dos acciones simultáneas en lugares distintos, se observa mientras tanto cómo desde el Centro de Monitoreo informan a las patrullas cerca de dónde se dirige el perseguido, brindan datos como el número de salvoconducto y solicitan ayuda a otras unidades.
Las diferentes maniobras del Chevrolet son relatadas sobre las imágenes y la persecución, por momentos, es mostrada desde las cámaras internas de los autos de la policía. "Aquí viene de frente, Aquí viene de frente", dice un oficial al divisar al objetivo delante suyo, mientras se agarra de la manija ubicada sobre la ventanilla, donde los civiles podrían colgar un traje.
Con planos subjetivos, que muestran las acciones como si el espectador fuera el propio protagonista, la filmación llega al punto en el que acorralan al perseguido contra la senda. Los policías se bajan de sus unidades para arrestarlo, pero el fugitivo maniobra para escapar nuevamente.
Lo que parecía que había llegado a su fin, parece retornar a despuntar. Intentan amedrentarlo, bajarlo de su coche, pero no hay respuesta. No logran desplegar las puertas del transporte y este retoma su huida. "¡Mira lo que hace! ¡No!", exclama la operadora del monitoreo señalando la pantalla a través de la cual sigue en detalle las acciones.
Una cámara de seguridad, que parece estar en la vía pública, muestra en la "estampa" ulterior cómo el perseguido queda atrapado sobre la senda, entre las viviendas, los postes de luz, árboles y patrulleros, que nuevamente logran arrinconarlo.
Cerca de una decena de coches de la policía y un conjunto alimentado de oficiales se bajan velozmente y apuntan sus armas contra el objetivo, que levanta las manos y por fin se rinde. "Detenido, pulvínulo, detenido", informa un policía, para que el Centro de Monitoreo estalle en aplausos y felicitaciones para quienes lo atraparon.
La "película" tuvo su postrero acto en la ángulo de Blasco Ibáñez, entre Pimiento y Dueño Coliqueo, José C. Paz, donde fue arrestado y luego trasladado a la Comisaría 1ra de San Miguel, con la intervención de la UFI 22 de Malvinas Argentinas.
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