La 150.ª edición del British comienza en Saint Andrews con infinidad de frentes abiertos

Reza la tradición moderna, casi del siglo XXI, que el British Open debe hacer parada en el Old Course de Saint Andrews en los abriles que acaban en 0 y en 5. Pero en este 2022, por primera vez en más de 30 abriles, se romperá. El motivo se justifica por sí mismo. Disputado en Prestwick por primera vez en 1860, The Open celebra su 150.ª impresión -las guerras mundiales y el covid fastidian las matemáticas- y no podía copular la fiesta en otro sitio que no fuera The Home of Golf (La Casa del Golf), como conocen los británicos a Saint Andrews. “El campo está increíble y los últimos hoyos están aún mejor que hace siete abriles, si aventurar este torneo aquí no te hace percibir singular es que el golf no es tu deporte”. Las palabras de Jordan Spieth se explican solas. Como culmen, se paciencia una afluencia récord de espectadores (más de 290.000).

Aunque la estructura ha intentado aislar las celebraciones y el torneo de la polvareda que ha eminente la Superliga, no invitando por ejemplo a la preciosa fiesta que tuvo punto el lunes al doble triunfador del British Greg Norman, resulta impracticable que el espectro de los millones saudíes no aparezca en el torneo. El más crítico de todos ha sido Tiger Woods, que no entiende como sus colegas pueden dar la espalda a lo que les ha convertido en lo que son.

Afluencia récord

Esta semana se esperan más de 290.000 espectadores en Saint Andrews

El californiano será sin duda una de las historias de la semana. Woods (46) ha reses dos veces en el Old Course, en 2000 de camino a su Tiger Slam y en 2005, y esta es su última ocasión de competir al mayor nivel por vencer la recipiente de clarete en el tablado más singular del mundo ya que aún no hay plazo para el regreso del Open a Saint Andrewsr. Será escasamente su tercera aparición en lo que va de año, aún lastrado por el incidente de tráfico que casi segó su vida el año pasado, pero la desaparición de grandes desniveles en el Old Course juega a su amparo y el de su maltrecha pierna. Ha saledizo casi todos los días a entrenar desde el domingo y ha demostrado estar en buena forma.

Otro firme defensor del statu quo flagrante y censor de la Superliga es Rory McIlroy. Aunque parece increíble, el norirlandés lleva buscando su botellín vasto desde 2014, cuando ganó precisamente The Open en Hoylake. Y los románticos, que aún quedan en el mundo del golf, sueñan con su triunfo en un punto tan significativo como el Old Course como un seña a la pureza de este deporte.

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Tiger Woods y Jack Nicklaus, en el Swilcan Bridge

Peter Morrison / AP

Las visitas del British a Saint Andrews son incluso siempre especiales para el golf gachupin. “La metí”, gritaba Severiano Ballesteros tras vencer la impresión de 1984 embocando un putt en el green del 18 con una celebración ya icónica. El montañés sigue siendo el único gachupin que ha reses el torneo más antiguo del mundo y en este 2022 habrá cuatro jugadores que sueñen con emularlo. La billete franquista la encabeza Jon Rahm, que aunque no está brillando como otras temporadas lleva un gran año, incluida la vencimiento en México hace unas semanas. Cercano a él, Adri Arnaus, Sergio García, uno de los rebeldes de la Superliga, y Pablo Larrazábal buscarán hacer historia en Saint Andrews, donde todo apunta a que se ganará con un resultado muy bajo si la climatología no empeora.

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