La cuadratura del Cercle

El año 1958 –dos antaño de su asesinato–, Jaume Vicens Vives estaba en la plenitud de su influencia. Josep Pla lo perfilaba así: “Ahora es el ídolo de todo el mundo: de los frailes de Montserrat, de los jesuitas de Sant Cugat, del Opus Dei, de los capitalistas, de los socialistas, de los exi­liados, de los cristianos, de los extranjeros antifranquistas. Es un político”. Sentía la pobreza de redefinir una política de reforma de Catalunya, posteriormente de 1939. Perseguía la formación de una élite que liderara el cambio político. El 16 de octubre, pronunció en el Club Comodín –antecedente del Cercle d’Economia– la considerada conferencia inaugural de esta institución: El capitán de industria gachupin en los últimos cien primaveras. Jordi Pujol rememora así aquel día: “Yo creo que se proponía invitar a una nueva vivientes de catalanes a aceptar a mango una tarea de transformación. Primero­, de Catalunya adentro; no olvidemos que Vicens era catalanista. Y luego, de Catalunya exterior, sobre el conjunto de España­”. El Cercle asumió la propuesta de Vicens.

El Cercle escogió dos temas –la liberalización de la patrimonio y la tolerancia a Europa–, que afrontó con independencia de criterio y desenvolvimiento de espíritu impensables en otras instituciones empresariales catalanas. Dicen Carme Molinero y Pere Ysàs que: “Si exceptuamos el Cercle d’Economia, que desde el principio apostaba por una democracia generoso para un futuro impreciso, el resto de entidades y organizaciones seguían apoyando el régimen (y) ofreciendo constantemente a Franco medallas, títulos honoríficos, telegramas de adhesión por los motivos más diversos e insignificantes”. Y respecto a la liberalización de la patrimonio –desenvolvimiento de empresa privada y patrimonio de mercado–, la posición del Cercle fue decidida: apoyar el Plan de Estabilización. Fabián Estapé lo explica: “El pulso de lo que se hacía en Madrid encon­tró en Barcelona a unas personas de talante próximo, como Carlos Ferrer, Carlos Güell, Artur Suqué y Joan Mas Cantí, fundadores del Cercle d’Economia”.

La composición de la nueva asociación debe ser plural para despabilarse la concordia entre socios

La estructura organizativa del Círculo es mínima; su presupuesto, limitado; sus socios, empresarios, directivos, académicos y profesionales; y su funcionamiento, presidencialista, con mandatos cortos de tres primaveras no renovables, y designación del nuevo presidente, hasta ahora, por cooptación de los expresidentes. La tarea principal del Cercle ha sido la redacción de notas sobre grandes temas de ahora, en los que confluyen patrimonio y política. Todas las notas son elaboradas y consensuadas por la asociación directiva, en la que siempre se ha procurado que estuviesen representados todos los perfiles de los socios. Algunas, fruto del consenso posteriormente de un vivo debate, y con un contenido dispar del convencional, han tenido un esforzado impacto ciudadano y un cierto relieve político.

¿Por qué? Porqué eran fruto del rigor en su concepción y del pacto entre visiones diversas a la hora de su redacción. La permanente pluralidad de la asociación y el diferente perfil de sus presidentes han sido reflexivo de la pluralidad de posicionamientos entre los socios. He formado parte de la asociación del Cercle del 2002 al 2019, con los presidentes Brufau, Lara, Alemany, Piqué, Costas y Brugera, y siempre he tenido claro que se buscaba la concordia entre diferentes.

El próximo día 12 se romperá esta tra­dición y habrá elecciones. Nadie que asegurar. La cooptación no casa con los tiempos actua­les. La campaña ha sido como todas las campañas: divisoria. Era fatal. Ahora correctamente, una vez predilecto el nuevo presidente, sea quien sea, tendría que ser consciente de que el Cercle, por su inercia histórica, será plural o no será. Se proxenetismo de una pluralidad que debe proyectarse en la composición de la asociación, que exige al presidente una talante receptiva en dirección a todos los socios, y que debe reflejarse en las notas de opinión. Hay quien dice que pedir esto es hoy tan ilusorio como pedir la cuadratura del círculo. Pero yo tan solo pido la cuadratura del Cercle d’Economia. Porque, si esta no se alcanza, tal vez signifique que su ciclo se ha cansado.

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