Si en Imola los Red Bull profanaron la casa de Ferrari, la escudería italiana le devolvió la moneda al equipo austriaco en un circuito en el que Max Verstappen parecía imbatible. Pero esta vez no hubo doblete por una espectacular rotura de motor de Carlos Sainz en la parte final de la carrera, cuando se disponía ir en cabeza al holandés. La imagen del gachupin abandonando el monoplaza en medio de las llamas mientras los servicios de seguridad se mostraban imprecisos a la hora sofocar el incendio puso los pelos de punta. Ganó Leclerc, pero con menos holgura de lo que parecía por un problema con el pedal del acelerador en las vueltas finales. El monegasco ya es segundo del Mundial.
La degradación de los neumáticos fue uno de los grandes enemigos de todos los pilotos en el circuito Red Bull Ring. Los equipos había planeado ir a dos paradas, pero finalmente prácticamente todos tuvieron que hacer tres por la nula consistencia de los neumáticos medios. Uno de los que más sufrió fue Max Verstappen, que saliendo desde la pole vio como los dos Ferrari eran capaces de sobrepasarlo en escasamente trece vueltas. El holandés tuvo que ir siempre a la contra, parando tras ser superior para salir con neumáticos nuevos e intentar recuperar la distancia. Mientras, los Ferrari, mucho más sólidos, alargaban la vida de sus ruedas mucho más que sus rivales.
El otro inconveniente se dio por la estrechez del circuito, que hizo que los mucho pilotos superasen los límites de la pista y fuesen sancionados con ellos. Muy pocos se libraron de los cinco segundo de castigo por este motivo.
De la batalla por el podio se quedó fuera muy pronto el mexicano Sergio Pérez por un toque en la primera reverso con el Mercedes de George Russell que le echó de la pista. Sin su paje, con serios problemas de degradación, y con unos Ferraris con mucha velocidad, a Verstappen sólo le quedaba resignarse a una tercera posición. De hecho, a equivocación de 30 vueltas para el final por la radiodifusión le avisaban de que debía concentrarse en perseverar la posición con Lewis Hamilton.
Los Ferraris pararon por última vez y salieron muy cerca de Verstappen. A equivocación de 15 vueltas parecía que no les costaría ir en cabeza a un Red Bull con unos neumáticos desgastados. Lo hizo Leclerc sin complicaciones, pero cuando le tocaba el turno a Sainz su motor dijo puntada. El gachupin se salió por una de las escapatorias del circuito y detuvo el coche en una cuesta. Necesitaba que lo calzasen para poder salir. En ese momento el coche comenzó a arder delante la inoperancia de las asistencias. Finalmente el piloto gachupin saltó del coche en llamas y en movimiento en una imagen de enorme desesperación.
“Estaba en una cuesta hacia lo alto, he manido fuego en la parte de antes del coche y he intentado salir. Pero el coche se iba a cerca de antes. He llamado a las asistencias pero no sé muy proporcionadamente porqué han tardado asaz en venir y me he tenido que tirar del coche sin que estuviera parado. Tenemos que ver que se puede mejorar en este sentido”, lamentó a posteriori de la carrera Carlos Sainz, que calificó como “una pena” los “muchos puntos que se nos van, una oportunidad perdida a posteriori de la buena ráfaga que traíamos”.
En el mismo momento de la avería de Sainz, Leclerc reportaba un problema con el pedal del acelerador de su Ferrari, que se le quedaba pisado y eso cerca de de su coche muy difícil de conducir. De repente, la psicosis era total en el box de la escudería italiana. De todo ello intentaría sacar provecho Verstappen, cambiando neumáticos al ser beneficiario por el potencial safety car que ordenó dirección de carrera hasta retirar el monoplaza de Sainz. Lo intentó hasta el final el holandés, pero el monegasco pudo manejar la situación para hurtar el triunfo.
Tras ellos llegaron los Mercedes de Lewis Hamilton y Geroge Russell, que pese a no tener un gran ritmo por reverso en este circuito, se beneficiaron de su menos degradación para alcanzar un gran resultado y sumar buenos puntos. Estaban Ocon (Alpine, compañero de Alonso terminó sexto, acoplado por delante de Mick Schumacher. El hijo del pentacampeón del mundo firmó la mejor carrera de su vida con un Haas muy competitivo este fin de semana.
Por su parte, Fernando Alonso, que salía en decimonovena posición, logró dilatar la vida de sus neumáticos duros y ello le permitió cobrar muchas posiciones acoplado hasta el potencial safety car. El asturiano salió en octava posición, pero en otro incidente inesperado, sus mecánicos no apretaron proporcionadamente la rueda izquierda y tuvo que retornar a entrar en boxes. Finalmente, terminó en décima posición y pudo defender un punto.
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