A María del Monte todos la conocemos, una excelente cantante sevillana que, hace muy poco, ha ocupado las redes por su sonora intervención en la festividad del Orgullo LGTBI+ Andalucía 2022, en Sevilla. Sin secuestro, Zander Moricz no es tan conocido. Es un inexperto norteamericano que hace pocos días se graduó en la escuela secundaria Pine View en Ospray, en el condado de Serasota (Florida, EE.UU.). Moricz tiene 18 primaveras y, como delegado de su clase, fue el encargado de disertar en el acto de jerarquía. Poco antiguamente de que esto ocurriera, el director de la escuela lo llamó a su despacho para advertirle de que si en su discurso pronunciaba la palabra gay, le cortaría el micrófono y daría por terminado el acto (“El provocador contra el ‘don’t say gay’ Zander Moricz”, Sociedad, 25/VI/2022).
He juntado aquí a estos dos personajes tan distintos porque los une su salero. A nadie de los dos les hizo yerro pronunciar las palabras homosexual o gay para dar a entender su orientación sexual. El inexperto norteamericano, al tenerlo prohibido, usó los rizos de su pelo como metáfora. Dijo: “Solía odiar mis rizos y, avergonzado de ellos, los intentaba enderezar a diario, pero, al final, decidí estar orgulloso de quien era y empecé a venir a la escuela con mi auténtico yo”.
A María del Monte nadie le prohibió la palabra homosexual. No obstante, siquiera la necesitó, simplemente dijo: “Quiero que sepáis que soy una persona más de los que estamos aquí”.
Jordi Querol Piera
Suscriptor Barcelona
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