No hay solución mágica para Borràs

“Uno de los problemas reales de la multitud en este país es que está cansada de que le roben, cansada de tanta corrupción y cansada de ver determinada multitud sentada en determinados escaños…”. Anna Gabriel defendía hace cinco abriles que el Parlament suspenda a un diputado destacado en firme de corrupción. El Parlament dijo sí a la propuesta de la CUP con los votos de la coalición electoral que unió a posconvergentes y republicanos. Pero la recriminación de corrupción no existe...

No existe en el Código Penal, donde el término adopta forma de hidra de diez cabezas (delitos); y la interpretación política del quién, dónde y por qué depende de intereses partidistas. Sirve como pertrechos arrojadiza electoral de ERC y la CUP contra Junts por su herencia convergente; tiene una casilla en el formulario de las euroórdenes contra Carles Puigdemont y pone en peligro la continuidad de Laura Borràs como presidenta del Parlament.

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Andreu Dalmau / EFE

¿Corrupción o represión? El Tribunal Superior de Honestidad ha puesto enojado sobre blanco el procesamiento de Borràs por los presuntos delitos de malversación, prevaricación, fraude y falsedad documental –cuatro de las cabezas de la hidra– por fragmentar 18 contratos para beneficiar a su amigo informático entre 2013 y 2018 al frente de la Institució de les Lletres Catalanes. Un cargo de dirección al que la catapultó Artur Mas de la mano de Ferran Mascarell antiguamente de su autoproclamado “partida” político con el 1-O. Ahora, el nombre de Mas encabeza el manifiesto de apoyo a la presidenta del Parlament, contiguo al de Puigdemont y Torra, todos los consellers de Junts – Victòria Alsina y Josep Maria Argimon firmaron en la segunda ronda–, la dirección del partido, cargos…

La resistor es posconvergente, se ajonje a la presunción de inocencia, y hace oídos sordos a los audios incluidos en la causa jurídico. Esperando la recriminación del fiscal, Borràs preside la cumbre contra la corrupción en el Parlament porque hace abriles que decidió que “no reconoce” los mails y mensajes requisados por Mossos y Guarda Civil, y porque obvia que la fragmentación de contratos –contra la que la Cámara ha alertado reiteradamente– tiene mucho de mala praxis y poco de buena dirección. Así, delante el magistrado Miguel Bendito Gimeno , director de la Oficina Antifrau, la presidenta se arroga el título de víctima de la lawfare como “táctica de represión” para matar con “la disidencia política”, cuando es el reglamento del Parlament que Borràs preside el que aprieta y la ahoga.

¿Corrupción o represión? A nadie se le ocurre pensar en la suspensión de los diputados de ERC Josep Maria Jové y Lluís Salvadó

En julio del 2018, los letrados ya alertaron de la indefinición del artículo 25.4 del Reglamento –que prevé la suspensión de los diputados procesados– cuando Pablo Llarena apuntó a los presos por el 1-O y perdieron sus derechos parlamentarios. Las dudas hermenéuticas sobre el delito de corrupción desaparecen si se recupera la intervención de Anna Gabriel. Se refirió a la corrupción “lucrativa”, a “multitud que haya sustraído plata del hacienda divulgado para ganancia personal”. De ahí que a nadie se le ocurra pensar en la suspensión de los diputados de ERC Josep Maria Jové y Lluís Salvadó pendientes de querella por malversación, revelación de secretos y desobediencia como arquitectos del 1-O. Evidentemente, ERC siquiera aplica su código ético. “No los haría dimitir, pero que no nos vengan con ética”, subrayan ahora en Junts.

Borràs se aferra al cargo y Jordi Turull avisa a ERC y la CUP de que no hurguen en divisiones. Y se consuelan con el embrollo: “Junts tiene problemas, pero nuestros problemas ponen en apuros a los demás”. Si Borràs quiere eludir el debate sobre la “mancha de la corrupción” puede vehicular las consecuencias parlamentarias de su procesamiento por un apartado antedicho del Reglamento –el 25.1–, que deja la suspensión en manos de la mayoría absoluta del pleno y no de la Mesa, un simple víscera gubernamental de la Cámara.

La suspensión de Borràs es cautelar y reversible, lo que no lo es es una sentencia condenatoria... ni salir del Govern

Llegado el momento, según Pere Aragonès , “cada cual tomará la mejor intrepidez” para preservar el Parlament, pero asimismo el Govern. Y esa es la sarta roja de muchos de los firmantes del manifiesto proBorràs. La suspensión de la presidenta de la Cámara no es, a día de hoy, motivo de ruptura del pacto de sesión. “No se puede salir del Govern cada quince días. Sólo hay una bala”, recuerdan unos y otros. La contención se impone hasta en la auditoría del pacto con ERC, que se analizará en el consejo franquista de septiembre pero no se prevé someter a votación de la militancia, sino a consideración de ERC para reconducir la situación. La suspensión de Borràs es cautelar y reversible. Lo que no lo es es una sentencia condenatoria… Siquiera una salida del Govern.

La batalla de la seguridad

“El orden es de izquierdas”. Joan Ignasi Elena le ha hexaedro una dorso al discurso sobre la seguridad y se enfrenta a derechas e izquierdas en defensa de su maniquí policial. La envite por la territorialización de los Mossos es una de las puntas de pica de ERC con las municipales en el horizonte –más comisarías, más policías– y en Barcelona sirve para competir tanto con los comunes –“Barcelona tiene un problema de incivismo, no de inseguridad”– como con el PSC, responsable del ámbito en el Concejo. Ahí van calando algún mensaje en un verano que se prevé caliente en la caudal catalana por el índice de criminalidad: los Mossos solo tendrán un 20% de la plantilla de holganza de guisa simultánea, mientras que en la Guarda Urbana el porcentaje alcanzará el 40%.

Nuevos liderazgos

¿Tiene el PP candidato para Barcelona? “No lo sé”. La respuesta es tramposa porque la intención de Alberto Núñez Feijóo era tener un expresión con Alejandro Fernández, incierto presidente del PP catalán, pero lo cierto es que el “cuando toque” que soltó el líder de los populares se sitúa en el primer trimestre del año que viene (las elecciones son en mayo). Las prioridades inmediatas para Feijóo son ahora el congreso del PP de Extremadura y el de Murcia. Luego llegará el de la provincia de Barcelona. Esa sí es una prioridad si el PP quiere evitar la asesinato por irrelevancia en Catalunya. El presidente provincial, Manu Reyes, aspira a recuperar Castelldefels y subir peldaños en el partido espoleado por algunas viejas glorias. El jueves se acopló a la comitiva de Feijóo por indicación de su equipo.

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