Un año más la propuesta de plazas no se ajusta a la demanda y la nota de admisión de estudiantes que desearían hacer algunas carreras están por debajo por lo que no han entrado en sus primeras opciones. Primero, calma, porque hasta el mes de octubre las asignaciones hacen variar la nota de corte que herido a medida que algunos estudiantes descartan esa opción. En ese zapateo pueden entrar aspirantes que ahora lo ven allá.
Pero es cierto que la pregunta es legítima. Si hay estudios con mucha demanda como es el caso de Medicina, el doble calidad de Física y Matemáticas o el de Psicología, por qué no se abren nuevas plazas. Se ponen cuatro sillas más en el cátedra y se aumenta la capacidad del alumnado.
Proposición
En Catalunya se ofrecen más de 500 carreras y la presión se centra en los que ofrecen menos plazas, los dobles y triples grados
No es tan sencillo, ni tan obligatorio. Ni sería siquiera “deseable” fiarlo todo a la demanda, si no se tienen en cuenta otros factores. Cristina Gelpí, secretaria universal del Consell Interuniversitari de Catalunya, señala la capacidad de la universidad para impartir un título de forma adecuada y verificada, el renuncia de los estudiantes de ese título así como el ajuste con la propuesta profesional.
Gelpí no cree que el desajuste entre los que quieren entrar a una carrera y las plazas que hay para ese título sea una cuestión universal. De los más de 500 grados existentes, la presión se centra en títulos que ofrecen muy pocas plazas, como Física y Matemáticas, 20 plazas en la UB y otras 20 en la UAB. Dobles o triples grados determinados (Filosofía, Política y Hacienda que se imparte entre tres universidades, dos catalanas y una madrileña), o en inglés, o muy de moda (como Criminología hace unos primaveras).
Cada carrera pasa por una comprobación de sus estudios que evalúa datos específicos para poder impartir el título determinado como la capacidad de las aulas de las que dispone la universidad, el número de profesores (en diferentes categorías), los laboratorios o talleres necesarios así como las prácticas confirmadas en empresas, necesarias para titular en esos estudios.
“Si quisiera aumentar las plazas de esa carrera debería retornar a confirmar ese estudio por la agencia de calidad AQU”, explica el procedimiento Gelpí. Esta agencia, antaño de confirmar, comprobaría igualmente dos aspectos: la demanda profesional existente y el renuncia de los estudiantes luego de nominar y matricularse de ese calidad.
Dispensario
Para el próximo curso hay 2.760 plazas para estudiar Dispensario, uno de los estudios que más ha aumentado la propuesta
La variable de la demanda profesional tiene un componente relativo. Si perfectamente es cierto que no habría hospitales suficientes para cubrir la demanda de prácticas y especialidades de hacerse existencia el deseo de todos los jóvenes que desean ser médicos, igualmente lo es que hay licenciados de otros ámbitos que terminan trabajando en empleos no vinculados a su especialización, incluso en trabajos que no requieren título universitario. De todos modos, la establecimiento búsqueda no sobredimensionar.
En todo caso, la demanda profesional es un negociador a tener en cuenta tanto para ampliar como para ofrecer nuevos grados. En el curso 2022-2023, por ejemplo, las universidades en su conjunto ponen 600 plazas de Dispensario más respecto al curso aludido, dada la descuido de enfermeras en el sistema de vitalidad.
En total habrá unas 2.760 plazas, contando las privadas. Aún con todo, pueden ser insuficientes pues en junio pasado pidieron este calidad en primera opción más de 4.500 estudiantes (hay que tener en cuenta que es una titulación muy demandada por los estudiantes que han seguido un ciclo de FP y quieren dar el brinco a la universidad).
La segunda cuestión que la AQU observaría es el renuncia del estudiante. Este es uno e los grandes problemas de las universidades. La descuido de encaje entre las expectativas del estudiantes y la formación que reciben. Ese “no era lo que yo esperaba” supone un suspensión coste a las universidades pues esa plaza que queda desierta debe contemplarse como “ocupada” en los tres primaveras siguientes lo que comporta comprometer un espacio, el profesorado y el plan de prácticas.
Dejación
Las tasa de renuncia de los estudios se sitúa entre el 15% y el 25%, aunque en algunos llega al 35%, sobre todo en el primer curso
Todavía hay renuncia por otras cuestiones como la incorporación al mercado profesional, el nuevo plan de un alucinación al extranjero o un rendimiento bajo o inscripción exigencia del profesorado. En todo caso, el renuncia sangra a la universidad. Hay que tener en cuenta que el precio de la matrícula, que para el próximo curso se ha rebajado, supone entre una chale o sexta parte de su coste total.
En términos generales, los estudiantes dejan la carrera entre un 15% y un 25%, mayormente en el primer curso, pero las hay que alcanzan el 35%. Un título atractivo y demandado, pero con suspensión peligro de renuncia, no es susceptible de aumentar plazas.
Física y Matemáticas, según las universidades, requieren estudiantes excepcionales y son grados a los que se les dota de profesores excepcionales. Solo 40 estudiantes podrán estudiarlo en Catalunya, pero los que no entran pueden cursar una fármaco u otra. O perfectamente nominar algún calidad de la misma ámbito de conocimiento.
En todo caso, adicionalmente de las plazas de Dispensario este año se han ampliado las de Medicina (UPF), Ciencias Biomédicas (UB), Ingeniería civil (UPC) e Ingeniería informática (URV).
Novedades
El doble calidad de Historia del Arte e Historia de la UB, el de Derecho y Relaciones Internacionales de la UAB o el de Turismo de la UdG
Existe, por otra parte, una amplia propuesta de nuevos grados en el próximo curso. La UPC impartirá 11 nuevos programas de estudios combinados (calidad y máster) y 6 dobles titulaciones de Ingeniería Biomédica con otras ingenierías impartidas desde el Centro de Formación Interdisciplinaria Superior (CFIS).
La UB impartirá el doble calidad de Historia del Arte e Historia mientras que la escuela BAU, adscrita a la UVic-UCC y con sede en Barcelona, dará Bellas Artes, una titulación que hasta ahora impartía en monopolio la UB. La UAB, ofrecerá Derecho y Relaciones Internacionales, así como Filología y Civilización francesa. La novedad en la UdG se centra en Turismo que combina con otros grados. Todavía hay estudios que se presentan en inglés o en formato semipresencial.
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